Un recorrido por los paradores de España se convertirá en un romántico viaje para quienes adoran la historia
Hay un viaje muy romántico que me fascina. Lo repito cada 3 ó 4 años y no me canso de recomendarlo: recorrer España por carretera y quedarse en sus diferentes paradores nacionales. Es realmente encantador, pero no para quienes buscan lo trendy y modernísimo, sino para quienes adoran la historia y trasladarse a siglos pasados, y dormir como si fueran reinas y reyes de antes, en verdaderas joyas de la arquitectura.
La red nacional de paradores de España es extraordinaria y ofrece hospedaje en palacios y monasterios, que son parte de la maravillosa historia del país. También existen otros más modernos, con vistas preciosas, y todos son a precios moderados cuando los comparamos con hoteles europeos de su misma categoría. Como en España hay unas carreteras fabulosas, el viaje en auto es perfecto, aunque (mapa en mano) deben planearlo bien, de manera que las noches las pasen en distintos paradores, que pueden reservarse con anticipación. Así tendrán garantizada una habitación encantadora y unos comedores con platos típicos de la zona, pues los paradores promueven la gastronomía de las regiones de España.
Siempre les he contado que así fue como comí por primera vez las Migas extremeñas en el parador Vía de la Plata, en Mérida, a pocos pasos de las ruinas romanas más extraordinarias, la Empanada gallega, del parador de Bayona, y la exquisita cocina vasca del parador de Hondarribia.
La mayoría de los paradores son muy románticos, situados en castillos o monasterios, con muebles de la época y antigüedades. Y aunque las habitaciones son modernas, con aire acondicionado y todas las comodidades de hoy, guardan el “espíritu” del pasado, muchas con camas con dosel, armarios labrados, etcétera.
Me encantan los paradores situados en el casco histórico de las ciudades, como el parador de Avila, a dos pasos de las famosas murallas; el romántico parador de San Francisco, en Granada, cerca de los jardines del Generalife, en la colina de la Alhambra; o el parador nacional Conde Orgaz, en Toledo, que ofrece la misma vista de la ciudad que El Greco pintó hace siglos.
He hecho muchos viajes por España hospedándome en paradores, y uno inolvidable fue a Extremadura, una zona poco visitada, donde descubrí rincones únicos de su pasado romano. En ese viaje nos quedamos en varios paradores: el Vía de la Plata, en Mérida; el impresionante palacio parador de Zafra, en Badajoz (construido en el siglo XV para los duques de Feria), y al regresar a Madrid nos detuvimos para comer en el parador de Cáceres, el antiguo palacio de Torreorgaz del siglo XV, construido sobre cimientos árabes en el corazón histórico de Cáceres. Después pasamos una noche en el bello palacio-parador de Jarandilla de la Vera, donde vivió el emperador Carlos V antes de escapar del mundo a su refugio final en el cercano monasterio de Yuste, en medio de unas sierras preciosas. ¡Un recorrido de pocos días que les recomiendo!
Otro viaje corto muy agradable que a veces hago es ir a Avila y a Salamanca -muy cerca de Madrid- donde me hospedo una noche en el de parador de Avila, junto a las impresionantes murallas, con un comedor donde puedo disfrutar los Pucheretes teresianos y las famosas Yemas de Santa Teresa, y regreso al día siguiente a Madrid. Si tienes más días, cerca de Segovia acaba de abrir el parador de La Granja, a pocos pasos del palacio Real de La Granja, del siglo XVIII, en plena sierra de Guadarrama, con un spa fabuloso.
En Galicia hay maravillas, como el famoso hostal de los Reyes Católicos, en el corazón de Santiago de Compostela; la torre medieval del parador de Vilalba, en Lugo; el parador de Bayona, en Pontevedra, una fortaleza-mirador sobre el océano, donde hay que probar los Mariscos gallegos y la Tarta de Santiago, y el parador de El Ferrol, con maravillosas vistas a las rías gallegas.
En la zona de Castilla hay paradores impactantes, como el parador de Sigüenza, un enorme castillo del siglo XII, en lo que fuera una ciudad árabe construida sobre cimientos romanos, y residencia de cardenales y reyes, que está a solo 135 km (84 millas) de Madrid. En Cataluña está el espectacular parador de Cardona, un castillo del siglo IX en lo alto de una colina. Conduciendo de Madrid hacia el País Vasco puedes conocer el parador de Lerma, un castillo del siglo XV cerca de Burgos, y después de visitar unos días Bilbao y San Sebastián, te sugiero pasar la noche en el parador de Hondarribia, un castillo medieval del siglo X, que fue de Carlos V, con bellas vistas de la costa vasca.
Las opciones son muchas y es un viaje mágico que debes planear ¡ahora! Las mejores épocas para hacerlo es en la primavera, el verano o el otoño. Puedes preparar el itinerario en el sitio web de los paradores, que sugiere un programa de rutas, con paquetes a precios reducidos de un cierto número de noches en los diferentes paradores. Las tarifas varían de acuerdo con la época del año y los mayores de 60 años tienen descuentos de un 30% .