Descubrir El Misterio de los Caminos Blancos de los Mayas, empezando por Veracruz, es profundizar en su cultura
Descubrir “El Misterio de los Caminos Blancos de los Mayas”, empezando por Veracruz, supone adentrarse en lo más profundo de su cultura.
Veracruz fue el último territorio en alcanzar la independencia en México. La capital del Estado se encuentra a cuatrocientos kilómetros del D.F., en la región del Golfo de México. Con una temperatura de 25 grados centígrados y una costa privilegiada para practicar el submarinismo, se convierte en uno de los destinos más demandados por los turistas.
Se trata de un lugar con constantes reminiscencias históricas, un punto en el que tanto la cultura maya como la llegada de Hernán Cortés lo han convertido en el punto de partida para conocer lo más profundo del sentir mexicano.
Veracruz fue fundada por Hernán Cortés en 1519 y en ella se constituyó el que fue el primer ayuntamiento y la primera ciudad de la América Continental. Hoy es el puerto más importante de México por su especial enclave geoestratégico y una ciudad emblemática.
La vistosidad de sus aguas la ha permitido acoger la Gran Regata conmemorativa del Bicentenario de las naciones de Iberoamérica, donde se dieron cita a finales de junio del año pasado los mayores veleros del mundo.
La vinculación de Veracruz con la historia es lo que motivó que la Ruta Quetzal BBVA, en su XXV aniversario, iniciará su viaje en este punto estratégico, desde donde los 207 expedicionarios de 54 países que la componían, comenzaron su recorrido por los caminos que construyeron los mayas.
“Los caminos blancos mayas, de diez metros de anchura y algunos de ellos con más de cien kilómetros de longitud, fueron construidos sobre los fangosos suelos de las selvas tropicales para conectar las ciudades, fundamentalmente en la segunda mitad del período clásico (600-1000 d.C)”, comenta el periodista Miguel de la Quadra Salcedo, director y creador de la Ruta Quetzal BBVA.
Su finalidad tenía una doble vertiente: se utilizaban como vía de distribución y como avenidas dentro de las ciudades; además constituían la vía de comunicación para unir las diferentes ciudades, siendo capaces de representar las relaciones dinásticas, familiares y las alianzas político-territoriales.
CAMINOS ATLÁNTICOS
Los expedicionarios siguieron la estela de los caminos construidos por los antiguos mayas en la costa atlántica de México, y tuvieron la oportunidad de observar conocido aspectos de las culturas totonaca y olmeca.
Siguiendo esas rutas han pasado por las antiguas urbes de Palenque, Uxmal, Kabah o Chichén Itzá, centros arqueológicos en los que los mayas dejaron su impronta para la humanidad en el terreno científico, cultural y artístico.
Pero, además de descubrir una parte de los caminos blancos, no hay que abandonar Veracruz sin disfrutar de las vistas desde el Faro y pasear por el Baluarte de Santiago y la fortaleza de San Juan de Ulúa, construida en medio del mar, en un islote y convertida hoy en museo. No se olvide visitar la catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
La fortaleza de San Juan fue reconocida, en 1933, como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ha tenido varias funciones desde la época de la conquista española. Desde simple muralla para amarrar las naves, pasando por fortaleza para defender la ciudad de los piratas, hasta hospital, faro e, incluso, estuvo habilitada un tiempo como cárcel.
Veracruz está rodeada de impresionantes ruinas arqueológicas. A pocos kilómetros de la ciudad encontramos un magnífico exponente de la cultura totonaca en El Tajín (trueno, en la lengua de origen), donde entre todas las construcciones destaca la Pirámide de los Nichos, de dieciocho metros de altura, que equivale a seis pisos.
Está cubierta con bloques de piedra tallada, a la que sólo se puede acceder por una escalinata decorada con balaustradas. La estructura piramidal visible se superpone a otra más antigua. Dispone de 365 nichos ?de donde proviene su nombre- que simbolizan los días del año.
Para los amantes de la naturaleza, no deje de visitar el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, que le permitirá bucear en su zona de arrecifes y contemplar peces, corales y especies submarinas, entre visita y visita a edificios con mucha historia.