Uno de los principales argumentos que se utiliza para justificar el deseo de irse de vacaciones es la necesidad de ‘desconectar’ de las responsabilidades u obligaciones del día a día, pero la cruda realidad es que el ansia de documentar cada uno de nuestros movimientos a través de las redes sociales hace casi imposible cumplir el propósito de cortar ese cordón umbilical que nos une a nuestra rutina: el teléfono móvil. Un 53 por ciento de los viajeros estadounidenses, por ejemplo, reconoce que no es capaz de apagar sus terminales o al menos reducir el tiempo que pasan mirando sus pantallas mientras se encuentran en el extranjero. De hecho, estar lejos de casa puede tener el efecto contrario y aumentar el número de ocasiones diarias en que se mira el teléfono. En el mejor de los casos y en un ambiente de relajación total, algunas de las personas encuestadas como parte de un estudio de la aseguradora de dispositivos electrónicos Asurion calcula que pueden pasar unas cuatro horas sin acordarse de comprobar sus notificaciones. El 46 por ciento justifica esa incapacidad de desconectar alegando que no puede cortar durante días la comunicación con su familia y amigos, mientras que el 20 por ciento insiste en que los smartphones resultan una herramienta imprescindible a la hora de moverse en un país desconocido. Y tú ¿cuánto tiempo eres capaz de dejar de ver tu celular?