El itinerario perfecto para visitar la ciudad de Victoria en Canadá

Planea un viaje a Victoria, un destino aparte, si buscas una experiencia muy british pero con todo el sabor de Canadá


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Victoria es una ciudad de apenas 94 mil habitantes, con el toque inglés muy al estilo canadiense. Para el turismo, Victoria no es tan conocida como Vancouver o Toronto quizá por ser una ciudad chiquita, pero su oferta es todo menos pequeña. Es el lugar perfecto para ir en familia o en pareja, y disfrutar de actividades únicas e irrepetibles.

La vista del puerto de Victoria desde el hotel Fairmont Empress, uno de los 21 hoteles icónicos del mundo según National Geographic Traveler, es espléndida. Se ubica al centro del puerto, a unos pasos del Real Museo de Columbia Británica y el parlamento. Sus habitantes se trasladan en la ciudad a pie o en bicicleta (de hecho, es considerada la urbe ciclista de Canadá), y si tienen que ir a Vancouver, toman un aeroplano en el puerto (que despega y aterriza en el agua), y en 35 minutos ya están en la ciudad.

Fisherman's Wharf Victoria BC Canada

Deddeda Stemler/www.deddeda.com

Desayuna en uno de los hoteles con más tradición de Victoria, Inn at Laurel Point, el primer hotel con cero huella de carbono de toda la provincia de Columbia Británica. Se trata de un lugar familiar que hoy es administrado por un fideicomiso que reparte las utilidades del hotel entre sus empleados y la comunidad de Victoria. Además de contar con una gran ubicación, tiene un restaurante con platillos de lo más creativos, Aura, y con una vista increíble del puerto. En primavera y verano se extiende a la terraza para que los visitantes disfruten desayunos, comidas y cenas al aire libre. Los huevos Aura Benny con langostinos en salsa holandesa son deliciosos, igual que su panadería recién horneada, y el café es espectacular.

Después del desayuno haz una caminata a la orilla de James Bay y adéntrate a las calles de Victoria, y más tarde, toma el ferry hacia Fisherman’s Wharf, ahí, iniciará la que, para mí, es la mejor parte del viaje: el avistamiento de ballenas. Te llevarán mar adentro, y verás un escenario espléndido, con la imponente vista de las montañas que te deja sin palabras. En estas embarcaciones trabajan expertos en biología marina, que te explican las especies animales que habitan la zona, y te llevan a las islas de focas, galápagos, y otras aves y especies. Nunca sabes en qué momento van a aparecer las ballenas, y cuando lo hacen, el silencio es imponente: el capitán apaga motores y lo único que escuchas son las exhalaciones que hacen las ballenas a través de su orificio en la cabeza. Por lo general, nadan en familia, por lo que se te enchinará la piel cuando veas a la manada completa.

De regreso a Victoria ve a cenar, ya sea en tu hotel o en uno de sus tantos restaurantes locales (Victoria es la capital canadiense con mayor número de restaurantes per cápita). El Q, en el Empress, la pizzería Prima Strada o Il Covo Trattoria son excelentes opciones.

Visita The Butchart Gardens, un lugar sorprendente. Se ubica a tan solo 45 minutos de Victoria (puedes rentar un coche para llegar o solicitar en tu hotel la transportación). Es preferible hacer reservación, pues el parque se llena y tiene un cupo limitado. Josh Bickerton, su gerente, nos contó que para The Butchart Gardens son tan importantes sus visitantes que ni la reina Isabel II pudo cerrarlo exclusivamente para ella cuando lo solicitó. Este jardín, con 119 años de existencia, previamente fue un depósito de piedra caliza que se extraía para producir cemento.

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Cuando el negocio se agotó, la esposa del dueño, Jennie Butchart, le propuso sembrar un jardín. Amante de las flores, Jennie transformó las 22 hectáreas de la fábrica de cemento en un jardín con más de 900 variedades de plantas. Cuenta con una sección japonesa bellísima, senderos, cascadas, y hasta un carrusel hecho totalmente de madera. A lo largo del día, y según la temporada del año, puedes realizar actividades como tomar un lunch al aire libre, disfrutar espectáculos de música en verano y fuegos artificiales por la noche. Para continuar con la tradición británica, no puede faltar la hora del té en su restaurante, con los más delicados bocadillos salados y dulces, y una cata de tés que te hará sentir como una royal.

Regresa a Victoria y camina por las calles del centro, donde hay bares, librerías y restaurantes para todos los gustos. Victoria tiene un Chinatown impresionante, date una vuelta y disfruta las delicias culinarias que ahí preparan. El shopping es lindo en el barrio, nada abrumador, y es momento de visitar las tiendas de artesanías y recuerditos (hay muchas opciones de tés cosechados en la región) antes de terminar el día con una rica cena.

Victoria tiene galerías y museos. Visita el Real Museo de BC, con extraordinarias exhibiciones. Dirígete a Beacon Hill Park, que es enorme, y donde puedes armar un picnic en familia. Hay juegos y una granja para niños, canchas de tenis, senderos para caminata, un jardín de rosas y mucho más. Después del parque, camina hacia Cook Street Village, un barrio vibrante donde encontrarás restaurantes, pizzerías a la leña, cervecerías artesanales, trattorias y cafeterías. Si vas en pareja o con familia, pueden contratar un tour gastronómico para visitar estos locales y a sus chefs, y degustar menús de varias especialidades.

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La ciudad fue nombrada en honor a la reina Victoria en 1843 y mantiene lazos con la familia real británica. Por supuesto, ha sido visitada por los miembros de la casa real, recientemente acudieron William y Kate y, por supuesto, la reina Isabel II la visitó en varias ocasiones. También, como sabrás, Meghan y Harry la hicieron su residencia cuando dejaron Inglaterra y durante la pandemia. Verás por todos lados restaurantes y hoteles que ofrecen la acostumbrada hora del té (en el Fairmont es una tradición que Isabel II aprobó, y se realiza con el protocolo debido). No te puedes ir sin haber experimentado esta ceremonia.

Cuándo ir

Cada temporada ofrece una experiencia única. En familia, ir en invierno a esquiar es muy divertido (a poca distancia de Vancouver está Whistler, el destino de esquí por excelencia en la zona). La primavera es una época increíble, pues la ciudad se pinta de rosa y blanco cuando florecen los cerezos y ciruelos. Viajar en familia en verano también es recomendable, hay muchas actividades al aire libre, incluso en Whistler pueden hacer senderismo y otros deportes en la montaña. Y el otoño es un escenario espectacular, ya que no hace tanto frío.

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