Cuando te sientas muy estresada, detente un instante y prueba esta posición mientras controlas tu respiración
Si los quehaceres y las preocupaciones diarias te tienen ansiosa? ¡detente! Acelerar la marcha no te va a ayudar; tampoco quejarte. Simplemente asume esta relajante postura cada vez que te sientas abrumada por la ansiedad: separa los brazos de tu cuerpo, colocándolos delante de ti, con las palmas hacia arriba. Inhala lenta y profundamente; acto seguido, exhala poco a poco, sintiendo como las tensiones se van con el aire que expeles. Repite hasta que te sientas más calmada.
Este simple ejercicio es capaz de ayudarte a encontrar tu “centro” para funcionar desde una posición más serena y efectiva.