El beneficio del sol para la salud

El beneficio del sol para la salud

La vitamina D que genera nuestro cuerpo al recibir el sol es muy beneficiosa

Habitualmente, el binomio “sol y salud” se asocia con las recomendaciones médicas destinadas a proteger la piel y los ojos de los efectos negativos de los rayos solares, como son las lesiones, el envejecimiento acelerado e incluso el cáncer. Nadie las pone en duda y por supuesto hay que seguirlas.

No obstante, además de ayudar a que nuestro organismo produzca de forma natural la vitamina D, tomar el sol con moderación y seguridad, ofrece una serie de efectos saludables a menudo ignorados.

Exponer los brazos y piernas entre cinco y diez minutos al sol del mediodía ayuda a obtener la vitamina D necesaria para el organismo, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). No obstante, es recomendable utilizar protectores solares y consultar al dermatólogo si se va a estar más tiempo al sol o se tiene riesgo de cáncer de piel.

Esta vitamina, ayuda a que nuestro organismo produzca una hormona llamada ‘calcitriol’, que es la encargada de regular el metabolismo del calcio y del fósforo en el organismo.

Según Semfyc, el 80 por ciento de la vitamina D que obtiene una persona la sintetiza su propia piel después de exponerse a la radiación ultravioleta B (UVB), y el resto proviene de ingerir determinados alimentos como pescados azules, huevos, setas y lácteos enriquecidos, así como de tomar suplementos farmacológicos.

La denominada “vitamina del sol”, que se almacenan en el tejido graso del cuerpo, ayuda a que el organismo humano absorba los minerales esenciales para la formación normal de los huesos, según MedlinePlus.

Además, la vitamina D es vital para reforzar las defensas humanas, dado que los linfocitos T (células inmunológicas) utilizan este micronutriente para activarse y así luchar contra las infecciones, según el investigador Carsten Geisler, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

Luz natural, mejores defensas

Investigadores del Instituto Baker de Investigación del Corazón y la Diabetes, en Melbourne, Australia, han demostrado que los cambios de la luz solar durante el año modifican los niveles de algunas sustancias producidas en el cerebro, como la serotonina, que juega un papel clave en los trastornos estacionales afectivos y del ánimo, como los síndromes depresivos otoñal e invernal.

Cuanta más horas de luz natural de sol tenga el día y más luminoso sea, menos problemas afectivos sufrirá la persona que disfruta de estas condiciones ambientales, según un estudio publicado en ‘The Lancet’, que ha descubierto que la serotonina cerebral se ajusta de forma rápida a la intensidad de la luz solar en las personas sanas (no propensas a la depresión).

El doctor Gavin Lambert, autor principal del estudio, cree que la luz del sol activa de alguna manera las neuronas en el cerebro que contienen serotonina, haciendo que liberen mayor cantidad de este neurotransmisor, sobre todo durante los días especialmente soleados, en cualquier época del año.

Vivir en un lugar soleado puede reducir el riesgo de desarrollar artritis reumatoide (AR), sobre todo entre las mujeres mayores, según una investigación estadounidense a gran escala y largo plazo, en la que participaron más de 200.000 mujeres.

Los investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard siguieron a dos grupos diferentes, formados por más de 100.000 enfermeras, cada uno. El primero fue monitoreado desde 1976 (cuando las participantes tenían entre 30 y 55 años de edad) hasta 2008, y el segundo, desde 1989 (cuando las enfermeras tenían entre 25 y 42 años) hasta 2009.

Durante el estudio, 1,314 mujeres desarrollaron AR. Entre las enfermeras de mayor edad, aquellas que tenían los niveles más altos de exposición solar fueron un 21 por ciento menos propensas a desarrollar la enfermedad comparadas con quienes estuvieron menos expuestas al sol.

Algunos expertos atribuyen este efecto preventivo a la vitamina D, pero según ha declarado a la BBC, el doctor Chris Deighton, de la Sociedad Británica de Reumatología, no se puede proponer a todo el mundo que tome el sol todo el día para protegerse de la AR, porque los UVB aumentan el riesgo de cáncer de piel.

Las virtudes de la “vitamina solar”

Según otro estudio de la Universidad del sur de California (USC), en Estados Unidos, las personas que pasan más tiempo bajo el sol durante la infancia tienen un riesgo menor de desarrollar esclerosis múltiple (EM) a lo largo de su vida.

Los investigadores de USC sugieren que los rayos solares inducen un efecto protector contra la EM, posiblemente al alterar la respuesta inmune de las células o al aumentar los niveles de vitamina D, y recuerdan que esta dolencia suele ser más común en las latitudes con niveles más bajos del tipo de radiación ultravioleta que estimula la producción de vitamina D.

La vitamina D es un factor de protección frente al asma infantil, de acuerdo a una investigación española, que ha constatado un mayor riesgo de padecer este problema respiratorio en aquellos niños que viven en lugares donde las horas de luz solar son más limitadas.

La investigación, efectuada con más de 45 mil niños y adolescentes, de nueve ciudades de España, revela que las condiciones climáticas, sobre todo la radiación solar, explican en muchos casos la alta variación geográfica en la prevalencia de asma.

“Una exposición media al sol es importante para la producción orgánica de la vitamina D, un compuesto que cada día adquiere más importancia en la prevención del asma, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas”, ha explicado a SINC el doctor Alberto Arnedo-Pena, epidemiólogo en el Centro de Salud Pública de Castellón y autor principal de la investigación.

Según el doctor Juan Luján, especialista del servicio de Cardiología del Hospital Quirón Torrevieja (Alicante, España), “tomar el sol puede incluso mejorar los niveles de colesterol en la sangre, porque la luz ultravioleta influye en los niveles orgánicos de esta grasa que se pega a las paredes de las arterias, lo que unido a que en verano realizamos más actividades físicas y comemos más fruta, hace que las enfermedades cardiovasculares disminuyan en esta época”.

Además, continúa el especialista, la exposición al sol disminuye la presión sanguínea porque “provoca una dilatación de los vasos sanguíneos superficiales y aumenta la circulación de la sangre en la piel”.

No obstante, según Luján, hay que estar alerta ya que “el sol puede beneficiar a una persona con problemas de hipertensión, pero a alguien con niveles normales de tensión arterial una exposición prolongada al sol puede provocarle una lipotimia”.

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