La quieres, pero es capaz de volverte loca. ¿Es tu amiga o no? Descubre cómo sanar esa relación
La amistad es vital para las mujeres. Hasta los sicólogos admiten que esta es una parte tan fundamental de nuestras vidas, que cuando la conexión entre las amigas es profunda, incluso es capaz de mejorar la salud de ambas en mente, cuerpo y espíritu. Sin embargo, también es verdad que cuando existe una corriente tóxica en la relación, esta puede ser insidiosa. Y es que a veces ataca por debajo, sin que nos demos cuenta exactamente de lo que ocurre.
Existe una palabra compuesta en inglés que describe a la perfección esta clase de relación. Se trata de frenemy, un neologismo que combina friend (amiga) con enemy (enemiga). Una frenemy es esa amiga a la que quieres, pero que tiene rasgos o actitudes que te afectan de muchas maneras, todas negativas. Estas son las más comunes. Descubrir si “sufres” de una de ellas puede ayudarte a lidiar con la situación de una forma más efectiva. Quizás te sirva para mejorar la relación o, al menos, para protegerte de su lado “oscuro”.
LA ATLETA OLIMPICA
Como una deportista de carrera, ella vive para competir contigo. Poco después de anunciarle tu promoción, ella menciona el gran bono que le prometió el jefe. Si tú bajas de peso... ella vive del aire durante tres días para estar más flaca que tú. Y es igual para las desgracias. Su problema siempre supera el tuyo. La clave del asunto: Inseguridad. Ella se siente menos que tú y vive “aumentándose”. Cómo te afecta: No te sientes escuchada y comprendida, porque la trama siempre gira en torno a ella. Y si cometes el error de tratar de volver a tu asunto, acabas exhausta, como si hubieras corrido un maratón.
LA CHICA ALFILER
Imagínate que llegas a ella sosteniendo en tus manos un globo llamado “ilusión”... y ella, como alfiler al fin, no puede hacer otra cosa que darle un pinchazo para explotarlo. Si comentas que tu esposo te envió flores, pregunta en voz alta: "¿Por qué se sentirá culpable?”. Si planificas un viaje, te recuerda el grave peligro del terrorismo en el exterior. Si mencionas que empezarás una dieta, te pregunta, con cara de incrédula: "¿Otra?”. La clave del asunto: Tal vez su intención no es quitarte impulso ni desalentarte... pero el efecto es el mismo. Cómo te afecta: Después de un alfilerazo te sientes drenada, desalentada y con la autoestima por el suelo.
LA REINA DEL DRAMA
Te llama por teléfono llorando histéricamente a las tres de la madrugada porque su ex acaba de insultarla. Otra vez sobregiró la cuenta de cheques y necesita que corras a hacerle un depósito o no podrá pagar la renta y acabará viviendo debajo de un puente con tres hijos. Todo lo que le ocurre es una emergencia de vida o muerte; una crisis que requiere tu intervención inmediata o... ¿qué será de ella? Siempre que hablan es de sus problemas, los cuales se multiplican como una pareja de conejitos amorosos. La clave del asunto: Casi siempre culpa a otros o a la mala suerte, pero sus problemas surgen de su incapacidad de actuar en forma responsable. ¿Por qué no aprende? Porque nada la motiva a hacerlo; después de todo, las consecuencias de sus desatinos siempre las asumes tú. Cómo te afecta: Vives de sobresalto en sobresalto, con la espada de Damocles colgando sobre tu cabeza. Luego de semejante ciclón, eres un manojo de nervios.
LA POCA COSA
Igual que la reina del drama, ella depende de ti? pero te llega por un camino muy diferente. Este ejemplar es tan, pero tan “poca cosa”, que tú tienes que asistirla, rescatarla y ayudarla en todo. "¿Puedes llamar a Clotilde para que me devuelva el dinero que le presté hace seis meses?”, te pregunta con un hilo de voz y tú corres al teléfono. “No sé llenar esta aplicación...”, te informa, y ya no tiene que pedirte que la llenes tú, porque estás programada para rescatarla. La clave del asunto: Ella es como un bebé que nunca aprendió a caminar, porque cada vez que intentaba dar un paso y se caía, alguien corría a llevarlo en brazos. Cómo te afecta: Como si fueras la mamá de un menor que nunca crece, tu amiga te deja exhausta. Y seamos honestas, también te deja rabiosa, porque a veces te irrita su (fingida o no) incompetencia.
“HOY POR MI... Y MAÑANA TAMBIEN”
Toma prestado y no devuelve, pero si tú le pides, nunca tiene; escuchas sus dramas y la ayudas con sus problemas, pero si la necesitas, no está disponible. Es tu amiga “en las buenas... y en las mejores”. Sabes que no cuentas con ella, pero está contigo desde la infancia y has aprendido que “Narcisa es así, pero en el fondo es buena”. La clave del asunto: Aceptas el narcisismo de tu amiga como algo natural, lo cual lo alimenta. Ella no llega a la conclusión de que tú eres buena, sino de que ella merece ese trato especial. Cómo te afecta: Nada recibes a cambio; es una amistad de una sola vía y muchas veces ?admítelo? te sientes usada.
LA ACAPARADORA
Te abruma con sus reclamos constantes. La mujer “chicle” (pues vive pegada a ti) te cela si sales con otra amiga; planifica su vida alrededor de la tuya y quiere saber a dónde vas, con quién estás y si pueden pasar el fin de semana juntas. La clave del asunto: Es una persona dependiente, que no tiene iniciativa propia; tú eres su refugio y su motor de arranque. La cosa empeora si no tiene más amigas, pues esto exacerba su actitud posesiva. Cómo te afecta: Te sientes acosada, limitada y comprometida; como todo el que se siente preso, sueñas con un poco de libertad. A veces se afectan tus otras relaciones, pues tu amiga no desea “compartirte”.
¡TU CONTRIBUYES!
Aunque cada uno de los ejemplares anteriores presenta un problema específico, el remedio es el mismo para todos: identificar el problema; tomar conciencia de lo que ocurre. Ahora ya sabes qué, exactamente, es lo que te deja ese sabor agridulce o amargo cuando interactúas con tu amiga. Es que Narcisa es egocéntrica y Reina es reina, precisamente, del drama. Esto te da una “distancia” sicológica y emocional de la situación, que te ayuda a ponerla en perspectiva. Ya no reaccionas automáticamente como un robot programado; ahora puedes analizar la situación y responder de una manera apropiada. Las eternas crisis de la “reina del drama” y los pinchazos de la “chica alfiler”, como dice el viejo refrán, ahora “se toman según de quien vienen”.
Pero conocer el lado flaco de esa persona no te libra a ti de responsabilidad en el asunto. Como dicen los sicólogos, la amistad es un tango que bailan las dos. Esto quiere decir que tu amiga tiene ese comportamiento porque tú se lo permites.
Si crees que no eres capaz de sentar límites, recuerda el famoso principio sicológico: todo lo que hacemos, incluso seguir actuando de una manera neurótica, de alguna forma nos da algo a cambio. Quizás prestarle dinero a la mala paga te hace sentir generosa; tal vez escuchar los problemas de la “reina del drama” te hace sentir competente o necesitada. También es posible que bases tu autoestima en ser la mejor amiga del mundo. De cualquier manera, es importante saber que lo que hacen o dejan de hacer los demás no está en tus manos; lo que sí está en tus manos es decidir lo que aceptas o no.
Al final, lo que hagas por sanar la relación las beneficiará a las dos. La amistad es un camino de dos vías y nace cuando ambas personas se sienten tratadas con amor, respeto y consideración.