“Cálmate”, “estás exagerando”, “¿estás en tus días?” o “¡estás loca!” son algunas de las frases comúnmente utilizadas para invalidar a las mujeres, y sí estos son una de las múltiples formas de violencia machista, un fenómeno que permea en distintos estratos económicos y está presente en distintas latitudes.
Entre los casos más recientes y notorios está el escándalo protagonizado por Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit e hijastro del príncipe Haakon. Resulta que “el joven de 27 años admitió que había abusado física y psicológicamente de su exnovia bajo los efectos del alcohol y la cocaína, después de haber sido denunciado y detenido por la policía”.
Si bien Marius no tiene ningún título real, sí tenía presencia pública y aparecía en las imágenes oficiales de la familia real de Noruega. Hasta que salieron a la luz sus actos por los que es considerado el primer miembro de la familia en enfrentar cargos criminales por agresión, vandalismo y amenazas.
Pero no hay que irnos tan lejos. En La Casa de los Famosos México 2024, el reality que ha conquistado la pantalla chica, posicionándose como el programa más visto de la historia del país y alcanzando a millones de espectadores en redes sociales, con más de 13 mil millones de reproducciones. También se presenciaron escándalos polémicos, y actos de violencia de género.
Ahí, la presencia del youtuber Adrián Marcelo fue duramente cuestionada. La punta del iceberg fueron sus comentarios insensibles (“una mujer menos que maltratar”), pero debajo de él hay una serie de acciones y comentarios que se pretenden disfrazar de humor negro, pero que no deben ser permitidas.
Violencia machista: un mal presente de muchas formas
Muchas veces, la imagen que se tiene de esta forma de violencia se limita a los golpes físicos, a los hematomas visibles y a las evidencias palpables del abuso. Sin embargo, esta perspectiva simplista omite otras formas de violencia que son igualmente devastadoras y que pueden tener un impacto profundo en la vida de las mujeres.
- Violencia Física: Está es la que es, tradicionalmente, más visible. Implica agresiones directas que causan daño corporal, como golpes, empujones o heridas.
- Violencia Psicológica: Se ejerce a través del control, humillación y manipulación que dañan la salud mental, como amenazas, insultos o aislamiento. Y puede recurrir a múltiples técnicas:
- Lovebombing: El bombardeo amoroso es una forma intensa de manipulación en la que alguien abruma a otra persona con excesiva atención, afecto y halagos para ganar control sobre ella. A menudo implica grandes gestos, comunicación incesante y presión para un compromiso rápido en una relación.
- Ghosting: Se refiere a la acción de cortar repentinamente toda comunicación y contacto con una persona, ya sea una pareja, un amigo u otro individuo, sin brindar una advertencia o justificación aparente. Posteriormente, se ignora cualquier intento de acercamiento o comunicación realizado por la persona a la que se ha “ghosteado”.
- Stalking: Es un comportamiento persistente y no deseado que crea miedo o incomodidad en otra persona. Este fenómeno puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo la vigilancia, la comunicación no solicitada y la aparición no invitada en lugares donde la víctima se encuentra.
- Gaslighting: Implica manipular a una persona para que cuestione su memoria, percepción y cordura. Este término proviene de la obra de teatro “Gas Light”, donde un esposo manipula a su esposa para que crea que está perdiendo la razón. - Violencia Sexual: Cualquier acto sexual no consentido, desde tocamientos no deseados hasta violación.
- Violencia Económica: Control sobre los recursos financieros, limitando la autonomía económica de la víctima.
- Violencia Patrimonial: Daño o sustracción de bienes personales para limitar la capacidad de la víctima.
- Violencia Institucional: Discriminación y maltrato por parte de instituciones, negando derechos y recursos.
La violencia machista se manifiesta de diversas formas, desde la física hasta la psicológica, económica e institucional. Al reconocer y visibilizar las diversas caras del maltrato, la sociedad puede comenzar a desmantelar las estructuras opresivas que facilitan su perpetuación. Es una responsabilidad colectiva, donde cada uno de nosotros tiene un papel por jugar en la erradicación de la violencia machista y en la construcción de un futuro más igualitario para todos.