En el entorno laboral actual, las largas jornadas de trabajo y el estrés constante son situaciones comunes que afectan tanto la salud física como equilibrio mental de los empleados. Si bien es importante ser productivos y cumplir con nuestras responsabilidades, también es crucial cuidar de nuestro bienestar y mantener nuestra energía a lo largo del día.
Hay un concepto que necesitas conocer, se llaman pausas activas y son una herramienta poderosa que no solo promueve una mejor salud, sino que también impulsa la productividad y la creatividad en el trabajo.
A todo esto, ¿qué son las pausas activas? Son pequeños descansos durante la jornada laboral en los que se realizan ejercicios y estiramientos sencillos para relajar el cuerpo y la mente. Permiten reducir el estrés, mejorar la postura y prevenir lesiones por movimientos repetitivos. Algunos les llaman “breaks”, otros descansos, y algunos más “ir por café”.
¿Necesitas hacer una pausa? La respuesta corta es sí. La explicación
Incorporar pausas activas a tu rutina laboral diaria puede tener un gran impacto en tu salud física y mental, incluso si sólo tomas breves descansos. Con de 5 a 10 minutos, puedes reducir la fatiga y el cansancio. Las pausas activas te ayudan a combatir estos síntomas, permitiéndote regresar a tu trabajo con renovada energía y concentración.
Al levantarte y moverte, activas el flujo sanguíneo, lo que oxigena mejor tus músculos y órganos, dándote más energía y vitalidad. Las pausas activas te brindan la oportunidad de liberar estas tensiones, mejorando tu estado de ánimo y bienestar.
Es importante que estas pausas sean breves para facilitar su integración en la rutina laboral y maximizar sus beneficios
Ejemplos de pausas activas
Ahora que conoces los beneficios de incorporar pausas activas en la rutina laboral, es momento de conocer que tipo de descansos son los más recomendables:
- Pausas de flexibilidad dinámica: Realiza estiramientos y movimientos suaves para liberar tensiones musculares. Esto te ayudará a mejora la movilidad articular y la flexibilidad general del cuerpo.
- Activación muscular: Considera realizar ejercicios que activen y fortalecen los músculos: ¡Despídete de la fatiga! Levantamiento de brazos, ejercicios de piernas y movimientos de tronco para mejorar la circulación sanguínea.
- Descansos lúdicos: Juegos y actividades recreativas que fomentan la diversión y el compañerismo. Ejercicios con pelotas antiestrés o actividades que requieran coordinación y trabajo en equipo.
- Break en movimiento: ¡Muévete al ritmo de la música! Una forma amena y motivadora de realizar actividad física. Bailes o ejercicios que sigan un compás musical.
- Pausas activas pasivas: EJercicios suaves que no requieren mucho esfuerzo físico. Respiraciones profundas o estiramientos ligeros para relajar el cuerpo sin esfuerzo intenso.
- Ejercicios de movilidad articular: Movimientos específicos para lubricar y movilizar las articulaciones. Giros de muñecas, tobillos y cuello para prevenir lesiones por posturas prolongadas. ¿Cómo implementar las pausas activas?
Haz una pausa activa preferiblemente cada dos o tres horas durante la jornada laboral
Programa alarmas en tu computadora para recordarte tomar pausas y elige el tipo de pausa que más te guste, te recomendamos ir variando las actividades para romper la rutina y mantenerte motivado. Esto te ayudará a escuchar a tu cuerpo, cuidar tu salud y mejorar tu rendimiento. Anímate a probarlas y descubre la diferencia que pueden hacer en tu bienestar.