El embarazo es una de las experiencias únicas en la vida de la mujer, y se divide en 3 etapas o trimestres, en las cuales el cuerpo femenino va experimentando cambios a consecuencia del crecimiento del feto.
Por lo mismo, es muy importante estar atenta a esos cambios y tener cierto tipo de cuidados, así como seguir las recomendaciones acordes al trimestre en el que se encuentre.
Qué cuidados tener en el primer trimestre
En esta primera etapa se experimenta malestares físicos, y su intensidad y frecuencia pueden tomar de sorpresa a las mujeres. Sin embargo, es en las primeras semanas del embarazo cuando hay que establecer hábitos saludables como hacer deporte, una dieta equilibrada y tomar suplementos.
En cuanto a la actividad física, se recomiendan los ejercicios de intensidad moderada como caminar, natación o pilates. También, se aconseja aumentar la ingesta de frutas, verduras y frutos secos, evitar productos lácteos no pasteurizados y consumir carnes y pescados adecuadamente curados y cocinados.
También, es recomendable incluir la toma de suplementos alimenticios que incluyan, entre otros, ácido fólico, yodo, colina, vitamina D y ácidos grasos poliinsaturados para un adecuado desarrollo fetal y prevención de malformaciones.
Qué cuidados tener en el segundo trimestre
Afortunadamente, en esta segunda etapa, los malestares físicos que se padecieron en el primer trimestre suelen disminuir considerablemente. No obstante, es cuando ya se notan los cambios a nivel físico. La ‘pancita’ empieza a crecer y a algunas mujeres se les hinchan los tobillos y pies.
A partir de ahí que es muy importante vestir con ropa que permita moverte libremente, así como zapatos cómodos y, en caso de usar tacones, que no rebasen los 4 cm de altura.
También se recomienda practicar yoga, ya que te ayudará a fortalecer el cuerpo y a tener una mejor postura, lo que ayudará bastante a disminuir los dolores de espalda.
Qué cuidados tener en el tercer trimestre
Es probable que en esta última etapa se experimente más cansancio, lo cual es normal porque el aparato respiratorio se tiene que acompasar al ritmo del bebé. Además, la mujer puede sentirse incómoda por las pataditas del bebé y, aunado a ello, su vientre estará mucho más abultado, haciendo que la piel se estire y se reseque, o hasta tener estrías.
Para ello, es esencial tener la piel bien hidratada usando aceites corporales, acompañando su aplicación con masajes reafirmantes. Además, sigue consumiendo una buena cantidad de líquidos y aumenta la ingesta de calcio.
Además, a partir de la semana 36, se recomienda hacer ejercicios y masajes de suelo pélvico para aumentar la flexibilidad y elasticidad de estos músculos para prepararlos para el parto.
Por último, recuerda que aunque estas recomendaciones te pueden ayudar a llevar un embarazo saludable, es imprescindible acudir con un ginecólogo para que vaya monitoreando tu salud y la tu bebé, pues es el único que te puede recomendar algún medicamento o tratamiento en este periodo, en caso de ser necesario.