En el mundo acelerado de hoy, los pensamientos negativos pueden afectar significativamente nuestra salud mental. Reconociendo este desafío, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha desarrollado un método innovador para combatir estos pensamientos y mejorar el bienestar emocional. A continuación, te presentamos en detalle este enfoque y cómo puedes aplicarlo en tu vida diaria.
El método de Harvard se basa en tres pilares fundamentales: reconocimiento, reestructuración y reemplazo. Este enfoque ha demostrado ser eficaz en ayudar a las personas a identificar y gestionar sus pensamientos negativos de manera más saludable.
Método de Harvard tener pensamientos más positivos
Reconocimiento
El primer paso es reconocer los pensamientos negativos cuando surgen. Según los expertos de Harvard, es crucial tomar conciencia de estos pensamientos sin juzgarlos. Esto implica observarlos y aceptarlos como parte de la experiencia humana.
Dedica unos minutos al día a la práctica de la atención plena o mindfulness. Siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y presta atención a tus pensamientos sin intentar cambiarlos. Este ejercicio te ayudará a identificar patrones de pensamiento negativo.
Reestructuración
Una vez que has reconocido los pensamientos negativos, el siguiente paso es reestructurarlos. Este proceso implica desafiar la veracidad y utilidad de estos pensamientos. Pregúntate si hay evidencia que respalde estos pensamientos y si son productivos.
Mantén un diario de pensamientos. Anota los pensamientos negativos que surjan y luego escribe una respuesta racional a cada uno. Por ejemplo, si piensas “no soy buena en mi trabajo”, podrías contrarrestarlo con “he recibido comentarios positivos de mis colegas y he completado proyectos exitosamente”.
Reemplazo
Finalmente, reemplaza los pensamientos negativos con pensamientos positivos y constructivos. Este paso se centra en cultivar una mentalidad más optimista y realista.
Practica la gratitud diaria. Cada noche, anota tres cosas por las que estás agradecida. Este simple ejercicio puede ayudar a cambiar tu enfoque hacia lo positivo y fomentar una mentalidad más saludable.