Desde madrugar hasta mantener la rutina durante más de una semana, hacer ejercicio siempre ha sido una tarea desafiante para mejorar la salud y potenciar el cuerpo en su mejor forma física. Sin embargo, no es una meta inalcanzable.
Aunque los médicos y nutricionistas recomiendan al menos 15 minutos diarios de actividad física, a menudo nos enfrentamos a obstáculos relacionados con la motivación que nos impiden avanzar. ¿Qué hacer ante ello?
El primer paso, sugerido por los expertos, es tener los pies en la tierra; es decir, evaluar nuestro nivel de condición física antes de comenzar una rutina. Para ello, contar con el respaldo de un entrenador físico es fundamental para establecer un punto de referencia y dar el primer paso con seguridad.
De acuerdo con la Mayo Clinic, los aspectos a considerar son:
- Medir el pulso antes y después de caminar 1.6 kilómetros.
- El tiempo empleado en recorrer dicha distancia.
- La cantidad de flexiones que se pueden realizar.
- La amplitud del movimiento de caderas, rodillas, tobillos, hombros y codos.
- El índice de masa corporal.
Una vez determinado esto, es momento de enfocarnos en la motivación para emprender la actividad física con entusiasmo renovado.
A continuación, detallamos los pasos a seguir:
- Establecer metas realistas: Reflexionar sobre los objetivos que queremos alcanzar con el ejercicio: ¿una mejor figura? ¿Una vida más saludable? ¿Simplemente pasar el tiempo de manera activa?
- Elegir los ejercicios que nos gusten y se ajusten a nuestras expectativas: Si los aparatos del gimnasio no son lo nuestro, existen otras actividades que pueden brindar resultados similares.
- Diseñar nuestra propia rutina: Organizar nuestro tiempo para que el ejercicio no se convierta en una carga diaria. ¿Es mejor por la mañana o por la noche?
- Elegir ropa y equipo cómodo: Asegurarnos de sentirnos a gusto antes de comenzar. Comprar calzado adecuado es esencial.
- Considerar hacer ejercicio con amigos: El apoyo de seres queridos puede aumentar la motivación, especialmente si tenemos objetivos en común.
- Registrar nuestro progreso: Observar nuestro cuerpo y registrar los avances a corto, mediano y largo plazo. ¿Estamos progresando? ¿Qué podemos hacer para mejorar?
- Escuchar a nuestro cuerpo: El dolor, la falta de aire y otros malestares son señales de que estamos alcanzando nuestro límite. Ser gentiles y saber cuándo descansar es crucial.
- Ser flexibles con nosotros mismos: No presionarnos demasiado para evitar el estrés, lo cual podría ser contraproducente. Es importante concedernos uno o dos días libres a la semana para descansar y relajar el cuerpo.
- Darnos recompensas: Si cumplimos nuestros objetivos, no está de más premiarnos. Desde comprar equipo para mejorar nuestro progreso hasta disfrutar de un día libre con amigos.