¿Cómo saber si tienes heridas de la infancia?, ¿hay algo que te afectó en la infancia que te afecta en la actualidad? Y lo más importante, ¿se pueden sanar? Dicen que infancia es destino, que a partir de las experiencias del pasado apreciamos el presente, pero, lo cierto es que sí, puedes curar las lesiones de niño interior.
Las heridas de la infancia son experiencias dolorosas y traumáticas que ocurren durante la etapa de desarrollo de una persona. Estas heridas pueden ser causadas por diferentes situaciones, como abandono, maltrato, negligencia, entre otros.
Estas situaciones pueden dejar una profunda huella en el niño interior de una persona, afectando su autoestima en etapa adulta, sus relaciones interpersonales y su bienestar emocional en general. Sí, aunque suene a exageración, ese mal trago en tu cumpleaños puede seguirte lastimando.
Cicatrices del pasado: ¿qué son las heridas de la infancia?
Las experiencias de la infancia dejan una huella imborrable y se manifiestan de formas diversas y únicas en cada persona, pueden generar una amplia gama de consecuencias emocionales y comportamentales. Algunas personas experimentan sentimientos de abandono o rechazo, mientras que otras luchan contra la baja autoestima, las dificultades para establecer relaciones sanas, problemas de confianza o la incapacidad para regular sus emociones.
Lo grave del caso es que, si no se abordan de manera adecuada, estas heridas pueden persistir hasta la edad adulta, ejerciendo un impacto significativo en la calidad de vida de las personas.
Tipos de heridas más comunes
Según la experta Blanca Etxazarreta, las heridas de la infancia gobiernan nuestras acciones como adultos si no somos capaces de detectarlas y sanarlas. Por eso, es importante entender que las heridas de la infancia no se limitan únicamente a situaciones extremas como el abuso, también pueden ser el resultado de experiencias más sutiles como:
- Rechazo: Ocurre cuando un niño siente que no es querido, aceptado o valorado por sus figuras parentales o entorno cercano.
- Abandono: Se experimenta cuando un pequeño sufre la pérdida o ausencia emocional de una figura significativa en su vida, como un padre, madre o cuidador.
- Humillación: Esta herida se produce cuando un infante es objeto de burlas, críticas o humillaciones por parte de sus padres, familiares o compañeros.
- Traición: Se manifiesta cuando el crío siente que alguien en quien confiaba, como un amigo o familiar cercano, lo ha decepcionado o traicionado.
- Injusticia: Esta herida surge cuando el niño siente que ha sido tratado de manera injusta o desigual en comparación con otros.
Aprende a identificarlas
Por su parte, Anamar Orihuela es una experta en desarrollo personal y bienestar emocional
sugiere que las heridas emocionales de la niñez pueden influir hasta en la forma en que se eligen las relaciones de adulto. Para romper con patrones negativos es momento de identificar qué pasó y sanarlo:
- Reflexiona sobre tu pasado: Analiza tus recuerdos y presta atención a experiencias que te generen malestar o hayan marcado tu forma de ser.
- Observa patrones: Identifica pautas de comportamiento repetitivos relacionados con tu infancia, como problemas en las relaciones, baja autoestima o dificultades para confiar.
- Reconoce tus emociones: Presta atención a cómo reaccionas ante ciertas situaciones. Sentimientos de abandono, rechazo, humillación, traición o injusticia pueden ser indicios de heridas no sanadas.
Abraza a tu niño interior
Si estas heridas afectan tu calidad de vida, busca apoyo de un psicólogo especializado en trauma emocional, junto a él podrás:
- Identificar y comprender tus heridas: En equipo, explorarán tus experiencias pasadas y cómo han influido en tu presente.
- Desarrollar mecanismos de afrontamiento: El experto te brindará herramientas para gestionar tus emociones y comportamientos de manera saludable.
- Sanar las heridas: Te acompañarán en un proceso de sanación que te permitirá superar el impacto del pasado y construir un futuro más positivo.
Sanar las heridas de la infancia no es un proceso fácil, pero es posible con la ayuda adecuada. Si te sientes identificado con alguna de las características mencionadas, no dudes en buscar ayuda profesional. Un psicólogo o terapeuta especializado en trauma emocional te acompañará en este viaje de sanación y te brindará las herramientas necesarias para recuperar tu paz interior y construir una vida plena.