Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares, explica la OMS, pero hay factores relacionados con nuestro estilo de vida que pueden acelerar el proceso, descubre cómo puedes ayudarle a tu cuerpo.
Se dice que Pablo Picasso expresó: “el camino de la juventud lleva toda una vida”. Lo cierto es que la búsqueda de la eterna juventud ha cautivado a la humanidad durante siglos, y es hasta años recientes que los estudios han planteado que el envejecimiento es algo natural, lo que no está del todo bien son todas las afecciones con las que se le relaciona y que existe la posibilidad de vivir esa etapa de una manera saludable.
Para comprender qué acciones evitar y qué hábitos y prácticas adoptar, platicamos con la doctora María del Mar Guerra, experta en medicina genómica y estética, CEO de MEDAE, y la doctora Esmeralda Bastidas, experta en medicina regenerativa, funcional y well-aging, CEO de NEOCLINIC.
Qué acelera el envejecimiento
Los científicos revelaron dos elementos clave que favorecen el acortamiento de los telómeros.
- El estrés: En este estado, el cuerpo genera cortisol, hormona que nos llena de energía y nos permite reaccionar. Es imposible no estresarte, pero sí tomar en cuenta que, pasando lo que nos altera, la producción de cortisol se reduzca, pero al mantenernos alterados, nos llenamos de cortisol que oxida las células, reduce la producción de otras hormonas y acorta los telómeros. Aprende cómo la meditación puede traerte paz.
- Hábitos dañinos: La mala alimentación, basada en alimentos procesados, lleva a nuestro organismo sustancias químicas que acortan los telómeros y activan genes vinculados a la enfermedad. La falta de ejercicio evita que nuestro cuerpo elimine las sustancias tóxicas acumuladas por el estrés y que se produzcan hormonas que favorecen la expresión de genes vinculados a la salud como endorfinas, serotonina y dopamina.
Acciones para revertir el envejecimiento
La buena noticia es que hoy, es posible, no solo reducir el acortamiento de telómeros, también regresarlos a un tamaño óptimo para funcionar perfectamente y proteger nuestro ADN. También ya es posible favorecer la expresión de genes vinculados a la salud. A esto se le llama biohacking.
- Estudios genéticos: Existen estudios genómicos que permiten ver qué edad en realidad tiene nuestro cuerpo (con base en el tamaño de los telómeros), así como la predisposición que tenemos a ciertas enfermedades, para personalizar los tratamientos y establecer cambios de estilo de vida y de salud.
- Control de estrés: A través de dispositivos que trabajan con resonancia sónica o lumínica, es posible coadyuvar para que el sistema nervioso gestione mejor el estrés y los niveles de cortisol bajen.
- Nutrición celular: La nutrición ortomolecular logra llevar grandes dosis de vitaminas, minerales y antioxidantes al cuerpo, vía intravenosa, para una asimilación del 100%, el buen funcionamiento de nuestro organismo y la expresión de genes vinculados a la salud.
- Terapia celular: Consiste en llevar a todos los órganos y tejidos, células madre, materia prima del organismo, sin daño alguno. Las nuevas células regeneran el órgano o tejido dañado al tiempo que comienzan a reproducir nuevas células, pero sin información dañada.
- Control hormonal: Equilibrar la producción de hormonas, sustancias producidas por el cuerpo que ayudan al buen funcionamiento de las células. Al mantenerlas en equilibrio, nuestro organismo funciona adecuadamente favoreciendo la expresión de los genes vinculados a la salud.
- Tratamientos estéticos: Nacidos de la medicina regenerativa, existen procedimientos no invasivos que “hackean” las células de la piel para promover la producción de colágeno y elastina, proteínas que mantienen su estructura y firmeza; así como biomoléculas que ayudan a conservar su humedad y volumen, así como mitigar los signos del envejecimiento.
Las buenas noticias no solo terminan ahí, también se ha comprobado que, al sanar tus células, favoreces que, si tienes hijos, ellos hereden una mejor genética.
El envejecimiento es una parte inevitable de la vida, pero no es un proceso que debamos aceptar pasivamente. Al comprender los factores que aceleran el envejecimiento y tomar medidas proactivas para promover el rejuvenecimiento, podemos envejecer de manera saludable.