Si eres una persona que maneja altos niveles de estrés, constantemente, además de un mal estado emocional, ten cuidado porque pudieras llegar a padecer el síndrome del corazón roto.
Seguramente, cuando escuchaste este término, pensaste que se trataba de una situación en la que alguien rompió con su pareja o en la pérdida de un ser querido, pero en realidad es un problema más serio de lo que crees.
Por ello, te contamos en qué consiste este síndrome, sus síntomas y porqué vivir con mucho estrés (y no tratarlo) puede ser perjudicial para la salud.
Qué es el síndrome del corazón roto
Se trata de una afección cardíaca en la que una parte del corazón se agranda temporalmente y no bombea bien, mientras que el resto de este órgano funciona con normalidad o realizando contracciones aún más fuertes.
Este padecimiento, también conocido como “miocardiopatía inducida por estrés” o “miocardiopatía de takotsubo”, puede afectar incluso a personas saludables.
Aunque no se sabe con exactitud sus causas, los expertos consideran que las situaciones extremas de estrés y un mal estado emocional, pueden provocar dicho síndrome.
Sin embargo, este padecimiento puede llegar a confundirse con un ataque cardíaco, ya que sus síntomas pueden ser iguales y también derivan en dificultad para respirar e incluso dolor en los brazos. También las arritmias, que son latidos cardíacos anormales, se pueden manifestar en los pacientes con esta afección.
Además, el síndrome del corazón roto suele ser más común en mujeres de entre 40 a 50 años y con antecedentes de trastornos emocionales como ansiedad o depresión, aunque los hombres tampoco están exentos de padecerlo, así como quienes tampoco tienen antecedentes de problemas del corazón.
La buena noticia es que es un padecimiento tratable y además, los pacientes pueden llegar a recuperarse por completo en cuestión de semanas y presentan un bajo riesgo de recaída (aunque, en casos poco frecuentes, puede resultar mortal).
Para prevenir el síndrome del corazón roto o si es que ya se ha sufrido, los médicos indican que es imprescindible tratar el estrés crónico, ya que es el factor principal del desarrollo de esta afección cardíaca.