La búsqueda de prolongar la juventud y un sueño reparador es un anhelo universal, especialmente para las mujeres de 50 años y más. La menopausia y los cambios hormonales asociados a esta etapa pueden influir en la calidad del sueño y en la apariencia de la piel. Sin embargo, un estudio reciente ha puesto el foco en una fruta tropical que podría ser la clave para combatir estos desafíos.
Se trata de la piña, esa deliciosa fruta que, según estudios recientes, incluirla en la dieta diaria puede ser clave para mejorar la calidad del sueño y retrasar algunos signos del envejecimiento.
Por ejemplo, el Journal of Medicinal Food demostró que la piña es rica en bromelina, una enzima con propiedades antiinflamatorias que puede mejorar la digestión y reducir la hinchazón abdominal. Estos efectos contribuyen a un mejor descanso nocturno, ya que el malestar digestivo es una de las principales causas de insomnio en mujeres en la menopausia.
Además, la piña es una fuente destacada de vitamina C, que juega un papel fundamental en la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel firme y elástica. A medida que envejecemos, la producción de colágeno disminuye, lo que contribuye a la aparición de arrugas y flacidez. El consumo regular de piña ayuda a mitigar estos efectos al promover la regeneración celular y la salud de la piel.
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando comes piña?
Según los especialistas, comer piña como parte de una dieta balanceada, retrasa el envejecimiento debido a los antioxidantes presentes en esta fruta, los cuales neutralizan los radicales libres, responsables del daño celular y el envejecimiento prematuro. Esto se traduce en una piel más luminosa, firme y con menos arrugas.
Además, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, pues la vitamina C, abundante en la piña, es esencial para elevar las defensas del organismo y protegerlo frente a infecciones.