El tema de la sexualidad en mujeres de 40 años o más, rodea muchas creencias. Por eso, hoy te contamos más sobre esta etapa de la vida y cómo afecta al deseo sexual, además de si puede o no disminuir.
Para comenzar, cabe resaltar que a esta edad la mujer llega con plena madurez sexual, contrario a lo que se pudiera pensar. Esto porque ya tiene un mayor conocimiento de sí misma y de su cuerpo, sabe qué le gusta y que le da placer.
Sin embargo, diversos estudios e investigaciones indican que sí existe una baja en el apetito sexual a partir de esta etapa. Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, arrojó que al menos un 70% de las mujeres , en edades de entre 40 y 65 años reconocieron que cada vez tenían menos ganas de tener sexo.
Si bien estos datos pueden llegar a alarmar, la verdad es que es algo más común de lo que parece y se debe principalmente a los cambios hormonales que la mujer experimenta desde los 40 años.
Conforme envejecen, los niveles de testosterona van disminuyendo y con ello el deseo sexual va a la baja. Recordemos que esta hormona no solo se encuentra presente en hombres, si no también en mujeres, aunque en cantidades menores.
También existe una bajada en los niveles de estrógenos, una hormona que sirve como ‘gasolina’ para mantener el deseo sexual latente, derivando así en desinterés por las relaciones sexuales.
Estos cambios hormonales, además de la perimenopausia y menopausia, provocan que la mujer se sienta incómoda o con ciertas dolencias al momento de realizar el acto sexual. Hay quienes experimentan una menor lubricación vaginal, o menor intensidad en la excitación y el orgasmo.
Por ello, es necesario, aceptar esos cambios para después empezar a tomar acción, y aquí te contamos cómo puedes logarlo.
¿Cómo llevar la sexualidad después de los 40 años?
Como te comentamos antes, el desinterés sexual es muy común, pero se le puede hacer frente para no dejar que se apague la libido.
Por ejemplo, como mujer madura, ya conoces bien lo que te gusta y lo que no, así que díselo a tu pareja. Expresa abiertamente y con naturalidad lo qué quieres hacer.
También, dedícale más tiempo a tus encuentros íntimos con tu pareja. Eso hará que se conozcan mejor y experimenten nuevas maneras de obtener placer.
Además, acepta esta etapa, y a tu cuerpo, tal y como es. No dejes que los cambios físicos sean un impedimento para dejar de disfrutar tu sexualidad y tampoco reprimas tus deseos.
Incluso, puedes hacer uso de lubricantes en caso de que lo requieras. Solo recuerda en este punto que debes acudir con un especialista para que te oriente y te diga que otras cosas puedes hacer para que tus relaciones sexuales sean más placenteras.