La meditación ha ganado popularidad en las últimas décadas como una poderosa herramienta para mejorar el bienestar mental, emocional y físico. Sin embargo, en medio de este auge de la meditación, ha surgido una lista de beneficios poco realistas.
Conversamos con Jimena Luna, responsable del proyecto Sit With me In Wonderland, para conocer más sobre qué es la meditación guiada y que no lograremos a través de ella.
¿Beneficios de meditar?
La meditación a menudo se centra en la introspección y la conexión con el yo interior. Esta conexión profunda puede ofrecer a los practicantes una comprensión más amplia de su identidad, sus creencias y sus emociones. Este tipo de autorreflexión es crucial para el crecimiento personal y el desarrollo emocional, lo cual puede ser menos abordado en una práctica de atención plena que tiende a enfocarse en el presente inmediato.
Y aunque puede ser un acto relajante, tiene sus límites. No medites si esperas:
- Volverte un gurú espiritual: Olvida la iluminación instantánea. La meditación es un viaje, no un destino. No esperes despertar un día como un maestro zen. La transformación es gradual y requiere paciencia. Al principio, tu mente puede parecer una estación muy concurrida, con pensamientos que van y vienen sin parar. Pero con la práctica regular, aprenderás a observar esos pensamientos como si fueran nubes que pasan por el cielo.
- Desaparecer la ansiedad: La meditación no es la solución a todos tus problemas La meditación no es una pastilla mágica que desvanecerá el estrés y la ansiedad. Es más bien como ir al gimnasio para la mente. Aunque no podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos aprender a responder a las situaciones de manera más calmada y consciente. La meditación nos brinda ese espacio para cultivar la atención plena y encontrar paz interior.
- Calmarte de manera instantánea: La meditación no es una varita mágica que eliminará todos tus pensamientos negativos. Es una práctica que te ayudará a desarrollar la habilidad de observar tus pensamientos sin juzgarlos. Con el tiempo, aprenderás a no dejarte llevar por cada pensamiento que cruza tu mente. En lugar de eso, podrás elegir en qué pensamientos quieres enfocarte y cuáles dejar ir.
- Cambiar tu realidad: La meditación no es una varita mágica que borrará tus errores del pasado o adelantará sucesos futuros. Sin embargo, al practicar la atención plena, aprenderás a soltar las preocupaciones y a vivir más en el presente. Es como soltar una piedra que llevas arrastrando: te sentirás más ligero y libre.
- Dejar de sentir: Meditar no es escapar de tu presente, sino aprender a vivirlo plenamente. Seguiremos sintiendo emociones intensas, pero con la práctica, podremos gestionarlas de manera más saludable. La meditación es como un faro que nos guía en los momentos de oscuridad, permitiéndonos encontrar nuestro camino con mayor claridad.
La meditación no es la única vía al bienestar. Explora nuevas técnicas para reducir el estrés y mejorar tu calidad de vida. Al final del día, lo más importante es encontrar lo que funciona para ti. Si la meditación no te ha dado los resultados que esperabas, no te desanimes. Hay un mundo de posibilidades esperando ser explorado.