El cáncer de mama es una realidad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, incluyendo a una de cada ocho. En México, es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres. La detección temprana, a través de autoexámenes regulares y mamografías, es nuestra mejor arma para combatir esta enfermedad y aumentar las posibilidades de una recuperación exitosa.
La doctora Carolina Blanco, médico internista y oncóloga con práctica en el Centro Médico ABC, señala la importancia de un estilo de vida saludable, que podrían contribuir a bajar el riesgo de padecer cáncer de mama, son evitar la comida procesada, tener una ingesta adecuada de fibra, a través de frutas y verduras, y hacer ejercicio –mínimo 150 minutos por semana–: “Si el estilo de vida no es saludable, es más fácil que nos pueda dar un cáncer u otra enfermedad. Necesitamos hacer cambios ya”.
Hábitos saludables de vida
A esto se suman las recomendaciones de organismos que luchan contra el cáncer, como:
- Evitar el consumo de alcohol: Las mujeres que toman una bebida alcohólica al día tienen un aumento de alrededor del 7% al 10% en su riesgo, y quienes beben de dos a tres tragos al día tienen aproximadamente un 20% más de riesgo.
- No fumar. El cigarrillo está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas, mientras que la exposición intensa al humo, de manera pasiva, está vinculada con el riesgo de padecerlo en mujeres postmenopáusicas.
Guía de cuidados de salud
Además de seguir estilos de vida más saludables y evitar el sobrepeso, es importante que las mujeres:
- Se hagan una autoexploración mamaria cada mes. La Fundación Cáncer de Mama (FUCAM) nos explica que hay que palpar mensualmente ambas mamas, de siete a diez días después de la menstruación –si ya no se tiene menstruación, puede ser cualquier día del mes– para identificar cambios como la presencia de alguna bolita, asimetría, aumento de temperatura en la zona, secreción por el pezón o alteraciones en la piel, y así detectar anomalías en etapas tempranas. Se recomienda a partir de los 20 años.
- Consideren la realización de un ultrasonido mamario o ecografía, una prueba no invasiva que permite visualizar el interior de los senos y detectar anomalías. Puede hacerse entre los 20 y 30 años. Es un estudio complementario a la mastografía en edades posteriores.
- Se realicen mastografías después de los 40 años. Es un estudio de rayos X que se recomienda a mujeres de 40 a 69 años con el propósito detectar anormalidades en las mamas, que no se pueden percibir por la observación o la palpación.
- Consideren el riesgo/beneficio del uso de hormonas. Algunos métodos anticonceptivos utilizan hormonas, lo que podría aumentar el riesgo de cáncer de seno. Otros, como inyecciones, implantes, dispositivos intrauterinos, parches, también utilizan hormonas, pero no hay estudios concluyentes sobre sus efectos. Lo mismo ocurre con la terapia hormonal para la menopausia. Antes de optar por ello, paciente y médico deben analizar riesgos y beneficios, recomienda la Asociación Americana de Cáncer.
- Consideren amamantar a sus hijos. El IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) señala que la evidencia demuestra que la mujer que amamanta disminuye 4.3% la posibilidad de contraer la enfermedad, por cada 12 meses de lactancia. Este beneficio se debe a que mientras se amamanta se reduce la exposición prolongada a estrógenos y progesterona, que favorecen el crecimiento de tumores.
- Se realicen estudios adicionales si su tejido mamario es denso, ya que en una mama densa es más difícil observar y detectar un cáncer en la mastografía.
Tomar el control de tu salud es una decisión poderosa. Al incorporar estos hábitos en tu rutina diaria, estarás dando un paso importante hacia la prevención del cáncer de mama.