Buscas mejorar tu salud? El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en numerosos procesos biológicos. Desde la formación de nuevas células hasta la prevención de enfermedades, esta vitamina aporta múltiples beneficios para la salud. ¿Sabes por qué lo necesitas?
¿Para qué sirve el ácido fólico?
El ácido fólico, también conocido como folacina, es una vitamina del complejo B esencial para el correcto funcionamiento celular. Presente de forma natural en diversos alimentos, como las verduras de hojas verdes (espinaca, brócoli), las frutas cítricas (naranjas, limones), los frijoles, las legumbres, y las nueces y semillas. Aunque también es comercializado como suplemento en su forma sintética.
Si te preguntas, ¿para qué necesitas ácido fólico? Es una vitamina B esencial que desempeña un papel crucial en diversos procesos biológicos. Facilita la producción de glóbulos rojos, previniendo anemias y asegurando una adecuada oxigenación de los tejidos. Durante el embarazo, es indispensable para el correcto desarrollo del tubo neural fetal, previniendo defectos congénitos. Además, contribuye al crecimiento y división celular, siendo fundamental en etapas de rápido desarrollo.
Vitamina B9: ¿quién la necesita?
El consumo de ácido fólico es recomendado cuando las mujeres están embarazadas. Lo que pasa es que este micronutriente es fundamental para el desarrollo neuronal del embrión y feto, previniendo así defectos congénitos graves. Se recomienda iniciar la suplementación con ácido fólico al menos un mes antes de la concepción y mantenerla durante los primeros meses del embarazo, como medida preventiva para garantizar un embarazo saludable.
Pero no sólo las mujeres embarazadas necesitan vitamina B9, el ácido fólico es esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Su papel en la producción de glóbulos rojos ayuda a prevenir la anemia, mientras que su contribución a la síntesis de ADN es fundamental para el crecimiento y reparación celular. Además, se ha asociado con un menor riesgo de enfermedades crónicas como algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Su impacto positivo se extiende al sistema nervioso, contribuyendo a un mejor estado de ánimo y función cognitiva.
Tómala en casos de depresión
La relación entre el ácido fólico y la depresión ha sido objeto de creciente interés en la investigación científica. Diversos estudios han demostrado que “las personas con depresión tienen niveles séricos de folato y una ingesta dietética de folato más bajos que las personas sin depresión”. Esta relación se explica, en parte, por el papel fundamental del folato en la síntesis de neurotransmisores clave como la serotonina, cuya disfunción se ha vinculado a los estados de ánimo.
“Aunque las evidencias aportadas por diferentes estudios requieren mayor investigación, lo hasta ahora informado justificaría la evaluación de rutina de niveles de folato en pacientes deprimidos con el objetivo de detectar el porcentaje de pacientes con déficit de ácido fólico que potencialmente se beneficiarían de la suplencia vitamínica”, se afirma en una paper de la Revista Colombiana de Pisquiatría.
La dosis diaria recomendada de ácido fólico varía según las etapas de la vida. Para adultos en general, se establecen 400 microgramos diarios. Sin embargo, durante el embarazo y la lactancia, las necesidades aumentan significativamente, recomendándose un consumo entre 400 y 1000 microgramos diarios para prevenir defectos congénitos en el feto. La deficiencia de folato puede manifestarse a través de síntomas como fatiga, debilidad y trastornos gastrointestinales.