Desde que el rey emérito Juan Carlos I abdicara en 2014 en favor de su hijo Felipe VI, la presencia de la infanta Elena en actos oficiales fue cada vez menor hasta llegar al punto de considerarse nulas. Y ni qué decir de su hermana Cristina, que dejó de ser un personaje grato ante los ojos del rey, sobre todo ahora, que recién dictaron la sentencia a su marido, Iñaki Urdangarin (cinco años y 10 meses de cárcel). Sin embargo, en estas últimas semanas las reglas del juego cambiaron y en medio de nuevos rumores de divorcio entre Felipe VI y Letizia de España, Elena se ha reincorporado a la agenda real, tomando el lugar de la reina en varios eventos, para gusto de los españoles.
Una grata sorpresa
La infanta siempre ha sido muy apreciada por el pueblo, no sólo por su simpatía, sino porque además es capaz de poner en alto el nombre de su país y centrar la atención de propios y extraños en todo lo que hacen. Por estas razones, España entera se congratula con su regreso y aunque todo mayo tuvo presencia en distintos eventos, muchas veces encabezados por Letizia, hubo uno en especial que marcó la jornada; fue la inauguración de la Feria del Libro de Madrid, una de sus citas favoritas a la que no faltaba la reina desde que era princesa, pero esta ocasión le fue limitado. No se justificaba con que tuviera otro compromiso, tan simple y llano que desde el palacio de la Zarzuela se decidió ella no era la representante adecuada esa ocasión y mejor sería darle paso a la mayor de los hijos del rey emérito.
Mensaje entre líneas
No sólo se trata de una estrategia de relaciones públicas para posicionar al rey y recuperar la imagen de la familia real, que Letizia se ha ocupado de lastimar, sino también, poco a poco, se busca restarle protagonismo y, literal, ponerla a trabajar, puesto que apenas promediaba un evento a la semana y la mayoría de
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