La verdadera historia detrás de Downton Abbey

La verdadera historia detrás de Downton Abbey

El castillo de Highclare encierra anécdotas interesantes de quienes lo habitaron, en especial de lady Almina, la quinta condesa de Carnarvon

El bello castillo de Highclere --donde se filma la famosa serie Downton Abbey y donde hemos conocido las vidas de la familia Grantham-Crawley y de sus muchos empleados de servicio-- es uno de los lugares más fascinantes del Reino Unido. La familia dueña del castillo desde hace siglos tiene una historia tan extraordinaria como los personajes de la serie, y su célebre lady Almina de Carnarvon tuvo una vida de novela.

Lady Almina, por su corta estatura de 1.52 metros (5 pies), era llamada “la Venus de bolsillo”. Fue una mujer muy adelantada a su tiempo, además de esposa y madre, y admirada enfermera y filántropa durante la Primera Guerra Mundial, en 1914. Curiosamente, su vida comenzó rodeada del cruel desprecio de la aristocracia inglesa, quien la rechazaba por no ser “una de nosotros”, porque la reputación de su madre, la francesa (separada de su esposo Frederick antes de salir en estado de Almina) no era aceptable. Almina nació de una relación de Marie con el multimillonario banquero Alfred de Rothschild.

La popularidad internacional de Downton Abbey ha creado un enorme interés por conocer el castillo de Highclere, que ahora puede visitarse, y miles de turistas recorren los salones, los dormitorios y la cocina donde se filma la serie, igual que los jardines donde hemos visto pasear a caballo a lady Mary y al guapo Matthew Crawley. Dos libros recientes --especialmente el interesantísimo Lady Almina and the Real Downton Abbey: The Lost Legacy of Highclere Castle, escrito por la actual condesa lady Fiona de Carnarvon-- cuentan la historia del castillo y la vida de Almina, quien fue la quinta condesa de Carnarvon, al casarse a los 19 años con George Herbert, quinto conde de Carnarvon. Para que este matrimonio se llevara a cabo, Rothschild pagó una dote, equivalente a 100 millones de dólares de hoy, que en el siglo XIX salvó la arruinada economía del castillo de Highclere, tal como hizo el personaje de Cora, la lady Grantham americana de Downton Abbey. George Herbert era un playboy de 29 años, que financió (con el dinero de Almina) las excavaciones arqueológicas en las que descubrió en Egipto, en 1922, junto al arqueólogo Howard Carter, la tumba del faraón Tutankamón.

Si en Downton Abbey nos fascinan el lujo de sus fiestas, las cacerías y la divina ropa que llevan sus personajes (cada noche los hombres cenan vestidos de etiqueta, y las mujeres, de largo y con tiaras), la vida de Almina fue 10 veces más lujosa, con docenas de sirvientes, fiestas para 500 invitados y visitas de la familia real inglesa. Almina incluso cambiaba a gran costo la decoración de los salones y las habitaciones, gastando el equivalente a 500 mil dólares actuales en una visita del príncipe de Gales y de otros royals, quienes eran atendidos por los 80 empleados de servicio. Estos sirvientes, al igual que en la teleserie, son parte esencial en la vida del castillo y han trabajado por generaciones para la familia, que siempre les ha dado empleo, vivienda y educación.

FOTOGALERÍA: LADY ALMINA DE CARNARVON

Igual que en Downton Abbey, Almina convirtió el castillo en hospital para alojar a los soldados que regresaban heridos de la Primera Guerra Mundial. Vestida de enfermera (con uniformes diseñados en París), atendía a los enfermos con paciencia y afecto. Al hacer “lo que se debía hacer”, cuando no bastó con el espacio del castillo de Highclere, le pidió a su padre Alfred de Rothschild (quien la adoraba y la nombró su heredera) dinero para abrir en Londres un hospital en una mansión, donde médicos respetados tenían los equipos más avanzados de la época. Fue una gran obra en medio de la tristeza de la guerra, en la que murieron familiares y amigos de los Carnarvon y empleados del castillo. (Leyendo el libro me quedé horrorizada al enterarme de algunos detalles de lo que sucedió en la Primera Guerra Mundial.)

La actual condesa, lady Fiona de Carnarvon --la contadora de una oficina cuando se casó en 1999 con el actual Geordie Herbert, octavo conde de Carnarvon, campechano y nada parecido a sus altísimos antecesores-- ha hecho una investigación en los archivos del castillo donde vive, y lo ha modernizado. “Downton Abbey nos ha salvado”, dice, “pues ahora tenemos los medios para mantener el castillo, su producción de agricultura y a las familias que trabajan con nosotros”. El escritor Julian Fellowes, ganador de varios premios por crear Downton Abbey, es amigo de los Carnarvon y se ha inspirado en sus historias.

Un libro escandaloso, aunque sin datos fiables, es The Life and Secrets Of Almina Carnarvon, de William Cross. En él se duda de la paternidad de Rothschild, asegurando que era homosexual, y se dice que el verdadero padre de Almina fue el príncipe indio Victor Duleep Singh, el mejor amigo de Rothschild. Lady Evelyn y Henry, sexto conde de Carnarvon, fueron los hijos de lady Almina y de su marido, quien murió en Egipto en 1923, después de ser picado por un mosquito. A los ocho meses de haber enviudado, Almina se casó con un veterano de la guerra a quien había conocido en el castillo de Highclere: el coronel Ian Dennistoun. Cuando este murió 15 años más tarde, ella comenzó a vivir con James Stocking, un trabajador 20 años más joven, a quien mantuvo oculto de su familia.

En el año 1951, Almina se declaró en bancarrota, pues la fortuna de su padre se había acabado. La condesa de Carnarvon murió en 1969, a los 93 años, en una pequeña casita en Bristol, con una sola persona de servicio y abando- nada por sus hijos, nietos y todos aquellos a quienes había ayudado. Aun así, su carácter fuerte la acompañó siempre y ahora su historia --y la del castillo que tanto amó-- es conocida en todo el mundo.

FOTOGALERÍA: LADY ALMINA DE CARNARVON

Relacionado