La primogénita de los reyes de España, la princesa Leonor de Borbón, continúa su arduo entrenamiento en la Academia General Militar de Zaragoza, donde acaba de recibir el sable de oficial junto con los 560 cadetes de nuevo ingreso.
El empleo del sable se limita a actos y ceremonias solemnes, siendo portado por aquellos que ejercen el mando de las unidades
Sus compañeros de Escalas de Oficiales de los Cuerpos General, de Intendencia y de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra, así como al Cuerpo de la Guardia Civil formaron parte del acto interno, que se trata de uno de los eventos más tradicionales de los que se realizan en la Academia General Militar.
Recibir el sable de oficial en la Academia General Militar de Zaragoza es un momento muy importante en la vida de un cadete. Es un símbolo de su graduación como oficial del Ejército de Tierra español y le otorga la autoridad para comandar a las tropas.
La Princesa de Asturias recibe el sable de oficial junto a sus compañeros cadetes en la Academia General Militar de Zaragoza.
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) September 19, 2023
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El sable es una arma blanca que ha sido utilizada por los militares durante siglos, esta pieza representa la fuerza, el honor y la lealtad. De ahí que su recepción puede interpretarse como un símbolo del mando y un recordatorio de la responsabilidad que ejercerán en unos años los cadetes que ahora se incorporan a la formación de oficiales.
En el caso de la Academia General Militar, cuando un cadete recibe el sable, asume la función de mando para la que se tiene que preparar, formalizándose la obligación de abrazar los valores del patriotismo, honor, lealtad y servicio, base de su formación moral, recogidos en el decálogo del cadete.
La tradicional ceremonia fue presidida por el general de brigada Manuel Pérez López, director del Academia General Militar. Se trata de un acto interno, por lo que no está presente ningún familiar de las centenas de cadetes inscritos.
Durante la ceremonia, la participación de los caballeros y damas cadetes de segundo curso es fundamental, pues son precisamente ellos, como componentes de una promoción más antigua, a los que se les deposita la responsabilidad de materializar la entrega de los sables que distinguirán a sus compañeros como futuros oficiales. Dicha entrega se sella, de forma individual, con un abrazo fraternal.
Es sorprendente cómo la heredera de la Corona española se ha adaptado a su nueva vida, tomando en ciuenta que su formación continuará en la Escuela Naval de Marín y, posteriormente, acudirá a la del Aire en San Javier.