La casa de subastas Sothebys dio a conocer que pondrá en puja una de las joyas más históricas y que, por azares del destino, se vio durante la coronación de la reina Isabel II. Se trata de un collar de diamantes y, además, se ha convertido en noticia ya que guarda una profunda conexión con la monarquía francesa, especialmente con María Antonieta.
Para quienes no lo sepan, cuenta la leyenda que este collar de diamantes de 300 quilates, valuado en 2.8 millones de dólares, le costó su reputación a la última reina de Francia (y hasta su cabeza). Consiste en una joya, de cierre abierto, y se pone alrededor del cuello como si de una bufanda de diamantes se tratase.
Si bien la creación de esta pieza data de la década de 1780, la última vez que un miembro de la aristocracia británica lució esta joya en público fue durante la coronación de Isabel II. Específicamente Shirley Paget, marquesa de Anglesey, una escritora que se casó con el séptimo marqués de Anglesey, cuyo padrino era el rey Jorge V. Pero antes de ello, en 1937, Marjorie Paget, la anterior marquesa de Anglesey, llevó la misma alhaja para la coronación del rey Jorge VI.
Por ello es que ahora que el collar será subastado el próximo 11 de noviembre, esto ha llamado la atención de propios y extraños, sobre todo porque esta pieza esconde una historia de escándalo que aquí te contamos.
El collar que acabó con María Antonieta y que fue a parar a la aristocracia inglesa
Según los registros históricos, este espisodio es conocido como el “asunto del collar” e inició en 1785. Se sabe que un famoso collar de diamantes supuestamente había sido encargado por el rey Luis XV, pero tras su muerte este quedó sin comprador. Mientras que una estafadora llamada Jeanne de la Motte logró engañar a la corte de Luis XVI haciéndose pasar por la amiga íntima de María Antonieta para obtener esta pieza.
Jeanne convenció a un cardenal, de Rohan, de que la misma María Antonieta deseaba comprar el collar, pero que no podía hacerlo debido a la falta de dinero y al escrutinio público. Por ello es que a través de una serie de cartas falsas y encuentros engañosos, logró que el cardenal comprara el collar en nombre de la reina consorte, cuando ella ni siquiera estaba enterada de ello.
Sin embargo, al descubrirse el fraude, el escándalo tuvo graves repercusiones ya que la reputación de la consorte se vio afectada y la situación alimentó el descontento popular hacia la monarquía francesa. En tanto que después, la joya fue desmantelada y sus diamantes fueron vendidos en distintas partes de Europa. Por lo que, eventualmente, una parte significativa de esas gemas fue a dar los Anglesey, y las cuales se cree que forman parte del collar que será subastado próximamente.