La mañana de este domingo tuvo una aparición muy especial, Kate Middleton y su esposo, el príncipe William, acudieron a la misa dominical de la iglesia de Crathie Kirk, una pequeña iglesia parroquial de la Iglesia de Escocia, ubicada justo al otro lado de la calle de El Castillo de Balmoral.
Actualmente, los príncipes de Gales y sus hijos se encuentran en la finca de Balmoral, donde los reyes, Carlos III y Camilla, junto a otros miembros de la familia real acostumbra pasar sus vacaciones de verano.
La inesperada aparición tomó a varios por sorpresa. La pareja llegó a bordo de su camioneta Range Rover Defender, con el príncipe William al volante y, de copiloto, una resplandeciente Kate Middleton.
Él (ya sin su comentada barba) portaba un traje azul marino y una elegante corbata, mientras que la Duquesa de Cambridge portaba un abrigo a cuadros de a firma Holland Cooper y, como accesorio, un sombrero tipo fedora de fieltro decorado con una pluma de faisán de la casa Hicks & Brown llevaba un coordinado café. Esos pequeños detalles de estilo a los que Catherine nos tiene acostumbrados. Atrás iba el príncipe George, según las imágenes que ha publicado la prensa británica.
Kate Middleton en Balmoral
Desde que la princesa de Gales comunicó en un video que había sido diagnosticada con cáncer y que iniciaría un tratamiento de quimioterapia preventiva, la actualización sobre su estado de salud ha sido divulgada a cuentagotas, y sus apariciones públicas en lo que va del año se pueden contar con una mano: un par de mensajes escritos, presencia en dos videos y dos apariciones oficiales puntuales en Trooping de Colour y la final del Torneo Wimbledon.
Fue en un emotivo mensaje, publicado en a mediados de junio en sus redes sociales, donde la princesa de Gales compartía que estaba aprendiendo a “ser paciente, especialmente ante la incertidumbre. Tomando cada día como viene, escuchando a mi cuerpo y permitiéndome tomar este tiempo tan necesario para sanar”.
En esa misiva decía que, en los días malos relacionados al tratamiento, ella se sentía débil y cansada. “Pero en los días buenos”, describía, “cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien”.
El significado de su reaparición
Han sido días buenos para Kate. Porque hace apenas unos días también fue vista, junto a sus hijos, en al Festival de Holkham Hall, en Norfolk. Y ahora acudiendo a misa dominical acompañando a los reyes Carlos III y Camilla, así como a los duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, y su hijo el conde de Wessex, James.
La confirmación de que la princesa de Gales, junto a Guillermo y sus hijos, están tomando un tiempo de descanso en Balmoral, es una muestra de su fortaleza y determinación. Pues Kate continúa con su tratamiento.
Al enfrentar el cáncer y ahora disfrutar de unos días de vacaciones, la princesa transmite un mensaje de esperanza a quienes la admiran. Su asistencia a misa es un paso importante en su camino hacia una recuperación completa y su regreso a la vida pública, donde su presencia es fundamental para la familia real británica.