Aunque desde hace años existe el rumor de que Sarah Ferguson y el príncipe Andrés podrían contraer matrimonio por segunda ocasión, estos se han intensificado durante los últimos meses. Sin embargo, ahora la royal de 64 años ha tenido que salir a aclarar la situación para poner fin a las especificaciones.
Mientras que este supuesto comenzó a tomar fuerza cuando hace unos meses presuntas fuentes cercanas aseguraron que ambos tendrían la aprobación del propio Carlos III para casarse. Razón por la cual se generó mayor revuelo mediático sobre este asunto.
Sarah Ferguson aclara que no se casaría con Andrés de York
Según lo que informó el Daily Mail, la también duquesa de York y su exesposo se sienten cómodos con su situación actual. “Me preguntan eso todo el tiempo (si me volvería a casar)”, dice Sarah. “Estamos contentos con la forma en que estamos ahora, gracias”, señala.
Sin embargo, no es la primera vez que deja ver la gran relación de amistad que mantiene con el padre de sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, ya que en declaraciones de años atrás, ha mantenido la misma cordialidad. “Siempre decimos que somos la pareja divorciada más contenta del mundo”, según mencionó en 2013. "Él sigue siendo mi príncipe apuesto, siempre será mi príncipe apuesto”, dijo en aquella ocasión.
Mientras que en los últimos años, Fergie, como también es conocida, ha sostenido que así están contentos con la situación en la que se encuentran actualmente, pues recordemos que ambos viven en la residencia de Royal Lodge desde hace tiempo.
No obstante, las especulaciones sobre una posible boda entre Andrés y Sarah tomaron fuerza cuando a principios de este año presuntas fuentes cercanas a la expareja señalaban que el rey Carlos III le había dado el visto bueno a su hermano para casarse con Ferguson.
La historia de amor de Andrés de York y Sarah Ferguson
Se conocieron gracias a Lady Di y al muy poco tiempo de salir se comprometieron, mientras que su boda fue en julio de 1986. Luego, dos años después llegaría su primera hija, la princesa Beatriz, y en 1990 nacería Eugenia. Sin embargo, decidieron separarse en 1992 y cuatro años después finiquitaron el divorcio.
Si bien hubo escándalos de por medio por su separación, siempre han estado en buenos términos por el bien de sus hijas. Incluso, la reina Isabel aceptó que cuando Sarah muriera, sus restos fueran enterrados en Windsor, mientras que en Navidad, Carlos III la invitó a pasar las fiestas en Sandringham .