El pasado 2 de octubre, se llevó a cabo uno de los actos más importantes en la agenda del rey Harald de Noruega: el pronunciamiento anual de su discurso frente a la apertura del Parlamento. En dicho acto, el monarca siempre se remite a tratar los asuntos más importantes que han acontecido en el reino, por lo cual se esperaba que este año se tratara en pleno el tema del escándalo del primogénito de la princesa heredera, Marius Borg, quien desde hace más de un mes se encuentra lidiando con la justicia por haber agredido a sus ex novias.
Sin embargo, contrario a las expectativas, el padre del príncipe heredero Haakon no hizo ni siquiera un guiño a lo acontecido en los últimos días con el polémico joven de 27 años. Sin embargo, más allá de acotarse a la petición de Mette-Marit hecha el pasado 10 de septiembre, en la cual solicitó discreción al respecto, el rey Harald guardó silencio acerca del tema por otra razón, aún más de peso.
De acuerdo con el medio de comunicación noruego Nettavisen, el suegro de la princesa Mette-Marit simplemente no se pronunció al respecto del caso de Marius debido a que no es él quien escribe directamente el discurso, sino el gobierno. El monarca únicamente se remite a leer el informe. “La tarea del rey es sólo leerlo en voz alta ante el Storting”, explica la experta en Casa Real Tove Taalesen.
En otras palabras, eso significaría que el rey no participó en la redacción del discurso del trono, sino que sólo se le fue entregada una hoja para que lo leyera.
¿Qué otra razón dan los expertos para que Harald de Noruega haya guardado silencio sobre el caso de Marius Borg?
Además de la razón antes mencionada, Taalesen explica que el rey no tiene la obligación de hablar del caso de Borg, debido a que este asunto se acota al ámbito privado de la Familia Real. “Es completamente impensable que algo privado provenga del rey en este tipo de discurso”, advierte la autora real.
Asimismo, el hecho de que el Harald V se dispusiera a tratar el escándalo del hijastro de su hijo iría de cierta manera en contra de una fracción constitucional noruega, ya que, según los procedimientos establecidos en el artículo 74 de la Constitución desde 1814: “Tan pronto como el Storting se ha constituido, el rey o la persona que este designe abre sus sesiones con un discurso en el que le informa del estado del reino y de las condiciones sobre las que desea especialmente llamar la atención del Storting. No debe tener lugar ninguna deliberación en presencia del rey”, es decir que durante el acto anual de esta índole solo debe hablarse de asuntos gubernamentales.
