El príncipe Archie, hijo mayor del príncipe Harry y Meghan Markle, nació a las 05:26 del 6 de mayo de 2019 en el Hospital Portland de Londres. Sin embargo, contrario a lo que sucede con otros nacimientos reales, el pequeño príncipe de Sussex nació sin un montón de reflectores sobre él. Esto gracias a una curiosa estrategia.
Según reveló el mismo duque de Sussex en sus memorias “Spare”, las cuales fueron reeditadas recientemente en su versión de bolsillo, el parto del Archie se retrasó una semana, por lo cual él y su esposa tuvieron que asistir con el médico para cerciorarse de que todo andaba bien con el bebé. Fue entonces que los futuros padres se desplazaron al hospital sin dar aviso a la prensa.
“Nos subimos a un anodino vehículo de transporte de pasajeros y nos alejamos de Frogmore sin alertar a ninguno de los periodistas apostados en las puertas”, escribe Harry en las páginas de su autobiografía. Asimismo, precisa que horas después del nacimiento, tanto él como la duquesa regresaron a Frogmore Cottage, sin despertar ninguna sospecha.
¿Cómo fue el nacimiento del príncipe Archie?
De acuerdo al mismo relato de Harry, el parto del príncipe Archie tuvo que ser inducido, por eso al llegar con el médico, Meghan recibió una lata de gas hilarante para facilitar el proceso.
Mientras tanto, el futuro padre disfrutaba de comida del restaurante Nando ‘s, la cual había solicitado a través de sus guardaespaldas.
El duque de Sussex relata que posteriormente él también recibió una calada del gas destinado a su esposa. “Recibí varios golpes lentos y penetrantes. Meg, que rebotaba sobre una pelota violeta gigante, una forma comprobada de darle un empujón a la naturaleza, se rió y puso los ojos en blanco”, cuenta de manera hilarante el royal.
“Cuando las contracciones empezaron a acelerarse y a hacerse más intensas, llegó una enfermera y trató de darle gas hilarante a Meg. No quedaba nada. La enfermera miró el tanque, me miró a mí y pude ver que poco a poco iba surgiendo en mí un pensamiento: Dios mío, el marido ya lo ha tenido todo”, agrega el hijo menor del rey Carlos III en su anécdota.
Finalmente, Meghan recibió más gas por parte de la enfermera, se acomodó en el baño, sumergiéndose en los sonidos calmantes de los mantras sánscritos de Deva Premal, que habían sido remezclados en himnos, mientras en el ambiente brillaban algunas velas colocadas por Harry y fue así como en calma logró nacer el príncipe Archie.