Fue el pasado 5 de febrero cuando el Palacio de Buckingham anunció que el rey Carlos III padece cáncer. Y, si bien, el comunicado especificó que la enfermedad fue detectada durante los procedimientos de rutina llevados a cabo antes de que el monarca fuera operado de la próstata, nunca se dio detalle acerca de cuál es el tipo de cáncer del cual se trataba el diagnóstico.
A 10 meses de haber trascendido tal información, se sabe que Carlos sigue luchando contra el cáncer y que en todo momento rechazó someterse a tratamientos de quimioterapia, a diferencia de la princesa Kate Middleton, quien sí lo hizo, después de que casi al mismo tiempo también se le detectara algún tipo de cáncer.
Recientemente, respecto al secretismo con el cual el monarca manejó su enfermedad, el diario británico The Times citó a una fuente del palacio quien dijo que “la decisión del rey de no revelar el tipo de cáncer fue una elección consciente para poder llegar a la mayor cantidad posible de personas que padecen la enfermedad, en lugar de limitar el enfoque a una forma particular de cáncer”.
Cabe recordar que la única acotación que hizo el reino fue que informó que el rey no tiene cáncer de próstata.
¿Qué otras decisiones tomó Carlos III respecto al manejo de información sobre su cáncer?
Tal y cómo lo relata el artículo citado, el padre del príncipe William se negó a tener privacidad al comenzar su tratamiento contra el cáncer, rechazando el plan de blindaje que sus cortesanos planearon para él.
Se informa que en un principio, los empleados del reino pretendían utilizar coches discretos con las ventanas tintadas para trasladar al rey por Londres durante todo su tratamiento. Sin embargo, Carlos III dejó claro que no tenía intención de “andar a escondidas”.
“Estaba decidido a permanecer visible durante todo el proceso”, afirmó una fuente a The Times. “Se puso en marcha un plan para utilizar el Bentley estatal para que pudiera ser visto más fácilmente. Realmente quería tranquilizar a la gente y decirles que estaba bien. El rey dejó claro que sentía que su estado no era algo que se pudiera ignorar”, agregó.
Por el contrario, el soberano ha preferido mantener en secreto el tipo de tratamiento al que se sometió. Sin embargo, no se descarta que en algún momento salga a la luz todo lo relacionado al tipo de enfermedad y cura utilizadas por Su Majestad.