Ser parte de la realeza no los vuelve intocables. Por el contrario, cada paso que dan los convierte en víctimas perfectas para el escarnio, un estado incómodo que hasta el momento es encabezado por la duquesa de Sussex.
El príncipe Harry se encuentra con una preocupación: que su esposa atraviese por la furia mediática que en su momento vivió su madre Diana de Gales.
Pero para su mala suerte ni él ni nadie lo podrá evitar, ya que la fama que le ha dado su nuevo estatus real implica que todos los movimientos de Meghan se sometan al duro análisis de la mirada pública.
Sobra decir que la exactriz entró con el pie izquierdo a laCasa Real, no sólo por su turbulento pasado y por lo conflictiva que es su familia, sino porque desde el inicio ha causado suspicacias.
Tal vez a estas alturas, uno de los detalles que pocos recuerdan es que el príncipe William siempre puso en duda que fuera la mujer adecuada para su hermano menor y es que, de acuerdo con la periodista Emily Andrew, quien está acreditada en elPalacio de Buckingham, Meghan le provoca mucha desconfianza.
En la línea de fuego
La misma Andrew ha dicho que el príncipe Harry tiene una actitud sobreprotectora con su esposa, y eso lo ha llevado a enfrentamientos con su familia, ya que, explica, Meghan no es tan feliz como parece, lo que hace que él se sienta responsable y quiera cuidarla a su manera.
Pero no hay que negar que es, en parte, por elección que Meghan se ha puesto en la mira de la prensa. Sus desplantes y provocaciones al protocolo hacen casi imposible que Harry le pueda proporcionar la paz que anhela para ella y que, de alguna manera, le ayude a expiar el sentimiento de culpa que guarda respecto a su madre, como alguna vez expresaron él y William en un programa de la BBC: “Sentimos que le fallamos cuando éramos más jóvenes. No pudimos protegerla”.
Víctimas de sangre azul
Pese a que la duquesa de Sussex ocupa un lugar especial en portadas de diarios y revistas, y causa furor en las redes sociales, aún no ha experimentado más ofensas que otras integrantes de la realeza. La casa Windsor cuenta, quizá, con el mayor número de afectados, desde el príncipe Felipe de Edimburgo, pasando sus nietas Beatriz y Eugenia, hasta la propia Diana de Gales y, una de las más sufridas, Sarah Ferguson. Hay casos menos populares, pero la lista de royals que no se han librado de malos momentos es larga.
Un problema de peso
La controvertida Sarah Ferguson, o “Fergie”, como es conocida la exesposa de Andrés de Inglaterra, vivió, además de un suplicio personal por sentir que no encajaba, las críticas de la prensa por su falta de glamour, de modales, por sus errores y, más tarde, por sus infidelidades. Protagonizó primeras planas ofensivas y dolorosas porque usaron su exceso de peso para llamarla “la duquesa de Pork”.
“Cada vez que había un titular sobre ‘La duquesa de Pork o ‘Fat Frumpy Fergie’ (la gorda y desaliñada Fergie) no sabían que me dolía en lo más profundo de mi alma”. –Sarah Ferguson, duquesa de York
En 2012, en su participación en el reality Finding Sarah, declaró que todo eso le hizo recordar que en su infancia su padre la llamaba “oveja tonta” y le decía que parecía un payaso. En el primer capítulo, transmitido por la cadena OWN de Oprah Winfrey, confesó: “Esta mañana me miré al espejo y me dije: ‘No me extraña que nadie te quiera, eres horrible’”.
Tras mucho esfuerzo Sarah se reconstruyó a sí misma y dejó de ser una víctima para convertirse en la defensora férrea de sus hijas Beatriz y Eugenia, quienes aunque no dejan de ser criticadas saben que cuentan con su mamá para protegerlas de quien las toque, lo que incluye a Meghan y Harry, que aprovecharon la boda de Eugenia para anunciar su embarazo, acaparando toda la atención.
La princesa stripper
Para Sofía Hellqvist, esposa del príncipe Carlos Felipe de Suecia, la vida tampoco ha sido fácil, y es que desde hace años es conocida como“la princesa que medio Suecia ha visto desnuda”.
Su llegada fue vista como una venganza de Carlos Felipe al hecho de que, pese a ser varón, será su hermana Victoria quien herede el trono al ser la hija mayor, y aunque él ha declarado que ello no le afecta en lo más mínimo y que “son invenciones”, la prensa sueca reveló que la familia se opuso al matrimonio y que él abandonó el palacio y amenazó con apartarse si no lo aceptaban.
En 2014, cuando anunciaron su compromiso, diarios europeos, como el ABC yEl País, revelaron el pasado de Sofía: posó desnuda para la revista Slitz, con una boa sobre su torso, y fue descubierta una noche en Las Vegas acompañada de la actriz porno Jenna Jameson, con una actitud que sugería un romance.
Para su fortuna, la princesa Victoria de Suecia intervino a favor de la pareja e instruyó al equipo de comunicación de la Casa Real para que limpiara la imagen de Sofía. Pero ella también ha puesto de su parte para ganarse el respeto y cariño de todos. Hoy es la feliz madre de dos niños: Alejandro y Gabriel, y mantiene una vida familiar con Carlos Felipe, lejos del escándalo, aunque siempre llevará una etiqueta de la prensa que no le permitirá dejar atrás su ‘oscuro pasado’.
El carácter de Camille
La hija pequeña de Estefanía de Mónaco heredó de su madre la belleza y el carácter. Desde la cuna fue señalada por ser hija de Jean-Raymond Gottlieb, exguardaespaldas e instructor de esquí de la princesa, con quien nunca se casó, razón por la que Camille no figura en la línea de sucesión de la corona monegasca.
Desde que cumplió 18 años en 2016 y se dejó ver más seguido en eventos reales se volvió el centro de atención y los comentarios no se hicieron esperar: que si tenía sobrepeso, que si era idéntica a su abuela Grace Kelly o si se había operado para aumentar el parecido.
Su belleza la convirtió en una reina de Instagram, donde tiene 56 mil seguidores, pero esto le ha traído consecuencias, ya que sus fotos dan testimonio de su vida inquieta: viajes a Nueva York para ver a su novio, el modelo Thomas Martni, fiestas y uno que otro exceso.
La crítica se le abalanza y ella no se queda callada. En su cuenta colgó un mensaje para quienes quieran conocer su postura: “He encontrado comentarios muy crueles en foros, blogs y otros sitios. Sus insultos son ridículos. Yo no soy ‘la hija de Estefanía Grimaldi’, yo soy hija de mi madre, como cualquier otra persona. Dicen que me he hecho una cirugía estética, que soy falsa y no sé qué… Se tiende a pensar que, cuando provienes de una familia principesca, la vida te ahorra las dificultades e incertidumbres. Pero al final del día, si me apetece publicar cualquier fotografía en Instagram, ¡voy a hacerlo!”.
“Me da lo mismo ser la más guapa o fea de mi familia y, sobre todo, me da lo mismo su opinión”. –Camille Gottlieb, hija de Estefanía de Mónaco (sin título real)