La duquesa de Sussex no es la única que está rompiendo moldes en el seno de la familia real británica. Desde el Palacio de Kensington y Clarence House acaban de realizar un sorprendente anuncio relacionado con su presencia en la esfera virtual, por la que han venido apostando fuerte durante los últimos años coincidiendo con el relevo generacional que ya ha comenzado a producirse en la monarquía, para presentar una especie de guía de usuarios destinada a quienes interactúan en sus perfiles de las redes sociales.
Según han afirmado por medio de un comunicado público, esa serie de normas tienen como objetivo crear un ambiente seguro en todos los canales controlados por la familia real, Kensington o Clarence House: “Pedimos que cualquiera que participe en nuestras redes se comporte de manera cortés, amable y respetuosa con el resto de miembros de la comunidad”.
En la práctica, eso supone que a partir de ahora cualquier comentario difamatorio o discriminatorio -bien sea en materia de orientación sexual, religión, raza, nacionalidad, edad o discapacidad- o que contenga ‘spam’ será automáticamente eliminado.
“Nos reservamos el derecho de informar a las autoridades de cualquier comentario que consideremos que debería ser investigado o que viole la ley”, apuntaron.
https://twitter.com/KensingtonRoyal/status/1102512689358749699
Esta nueva medida sería la solución a la que han llegado después de que hace unas semanas se informara de que los community manager de Kensington estaban haciendo horas extra para tratar de censurar los mensajes negativos y con frecuencia directamente racistas que, en la gran mayoría de ocasiones, iban dirigidos a la esposa del príncipe Harry.
La rivalidad que se le atribuye con su cuñada Catherine de Cambridge ha dado pie a un encendido debate en esos canales entre sus respectivos partidarios que, incluso, cruzaría la línea de lo aceptable o incluso lo legal. Además, también se habrían establecido preocupantes dinámicas de acoso y amenazas entre los usuarios que publican mensajes en los perfiles de la casa real.
Ante esa situación, desde Kensington se habrían puesto en contacto con la plataforma Instagram en busca de guía para atajar ese comportamiento deplorable, aunque se desconoce y sus responsables han participado en la elaboración de esa nueva guía.