El libro ?Final de partida?, de Ana Romero, revela los hechos que provocaron la abdicación del rey de España; entre ellos, un romance prohibido
Todos se quedaron sorprendidos cuando el 2 de junio de 2014, Juan Carlos de Borbón, rey de España desde 1975, renunció al trono en favor de su hijo Felipe, príncipe de Asturias. El cambio de poderes ocurrió con orden y tranquilidad, y el rey emérito comenzó a llevar una vida llena de placeres: ha hecho 15 viajes, ha participado en seis actos oficiales y ha disfrutado de infinidad de comidas gourmets en los mejores restaurantes de España, donde lo reciben con mucho cariño. Juan Carlos tenía muchas razones para dejar el trono, y no todas eran por su estado de salud, sino por sus situaciones familiares: los problemas legales de Iñaki Urdangarín, el yerno ?perfecto? que resultó no serlo; los de su hija Cristina, quien se siente traicionada por la familia, y él mismo, quien está muy solo, pues está locamente enamorado de la guapa princesa alemana Corinna zu Sayn- Wit tgenstein. Esta mujer, 27 años más joven que el rey, quien durante 10 años ha sido su ?amiga entrañable?, es considerada ambiciosa y manipuladora.
Yo estaba en España el día que salió a la venta el libro Final de partida (publicado por La Esfera de los Libros), de la respetada periodista Ana Romero, en el que, de forma seria y creíble, explica la historia de amor del rey y las razones que lo llevaron a la abdicación. ¡El primer día se vendieron todos los ejemplares!
Desde hace años, mis amigos españoles me hablaban de lo enamoradizo que era el rey Juan Carlos y de su romance con una guapa rubia, quien supuestamente vivía en un lujoso pabellón situado en los jardines del palacio de la Zarzuela. Me costó creerlo. Me parecía demasiado audaz que el rey tuviera una amante tan cerca de la reina Sofía. Pero este libro confirma aquellos rumores.
Lo más sorprendente es que en los círculos cercanos al rey se sabía que este y Corinna eran una pareja casi ?oficial?, porque ella viajaba con el monarca, asistía con él a importantes visitas y se veían continuamente. Corinna le inspiraba la pasión que siente un hombre por una mujer más joven, que solo le hace reír y divertirse.
¿Quien es Corinna?
Una mujer rubia, sexy, de clase media, divorciada de Philip Adkins (con quien tiene una hija de 22 años) y vuelta a casar con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein, del que obtuvo su título de princesa y quien es padre de su hijo de 12 años. Corinna ha sabido jugar bien sus cartas. A eso hay que añadir que es simpática e inteligente.
Cuando el rey conoció a Corinna en una cacería en febrero de 2004 (separada ya de su segundo marido) quedó fascinado con ella y la relación comenzó enseguida. Pero Corinna quería ser la única y sentía celos de otros affairs del monarca, por lo que se pelearon varias veces, hasta que Juan Carlos se dedicó ciento por ciento a ella.
El comienzo del final
La periodista Ana Romero ha explicado que el escándalo del accidente, cuando el rey se cayó en abril de 2012, estando con Corinna en una cacería de elefantes en Botsuana, fue determinante para echar a andar el comienzo de la abdicación. Según el libro, el rey le dijo a Corinna (cuando su relación se hacía cada vez más difícil): ?Ahora que sé lo que es estar con alguien, voy a sufrir de gran soledad?. Y aunque la princesa lo llamaba para darle ánimos, la Casa del Rey la forzó a irse de Madrid y presionó para que Juan Carlos abdicara en un momento de crisis en España. El rey se negaba a vivir sin Corinna. En el verano del 2013 discutió con sus más íntimos su deseo de renunciar al trono y divorciarse de la reina Sofía. Ya se sentía mejor de salud y comenzó a planear dónde Corinna y él podían vivir. Pero dicen que ella no estaba segura de querer convertirse en la esposa de un exrey, y que prefería ser su amante y seguir haciendo negocios como mediadora (se ha publicado que durante sus 10 años con el rey ganó 30 millones de dólares en comisiones de negocios).
Después de dejar el trono, Juan Carlos se ha dedicado a viajar y a visitar a buenos amigos. Corinna se convirtió en la asesora personal de Charlene de Mónaco y estuvo viviendo en el principado. Pero a mediados de mayo regresó a Madrid y ya tiene un lujoso chalé en Somosaguas, no lejos del palacio de la Zarzuela, donde vive el rey emérito Juan Carlos. El tiempo dirá qué pasará...