Este 2024 seguramente será un año inolvidable para Federico y Mary de Dinamarca, ya que, además de haber sido proclamados reyes, este 14 de mayo se celebran dos décadas de haberse llevado a cabo su matrimonio en la Iglesia de Nuestra Señora de Copenhague, un evento al que estuvieron invitados los representantes más importantes de la realeza europea.
La recepción posterior a la ceremonia religiosa se llevó a cabo en el majestuoso castillo de Fredensborg, pasando a la historia como una de las celebración nupciales más sobrias, pero también como una de las más elegantes, debido no solo a lo emblemático del atuendo de los novios, sino también al glamour ostentado por los importantes invitados, quienes para presenciar la unión de los ahora reyes daneses sacaron de su joyero sus mejores piezas.
Las lujosas joyas que llevaron las invitadas a la boda de Federico y Mary de Dinamarca
Carolina de Mónaco
En primer lugar de las invitadas de honor al enlace de Federico X y Mary Donaldson se encuentra la princesa Carolina de Mónaco, primogénita de Grace Kelly, quien se dispuso a asistir al evento luciendo la Tiara floral Hannover, la cual sacó del joyero de su familia política.
Reina Sofía de España
La madre del rey Felipe VI fue otra de las invitadas más importantes a las nupcias de la pareja real danesa. Ella optó por asistir al enlace portando la Tiara Floral de los Borbón.
Esta pieza se caracteriza por poseer un diseño de flores y hojas entrelazadas, que le confieren un aspecto elegante y distintivo, al cual la emérita siempre recurre para eventos de gala y ceremonias importantes.
Máxima de Holanda
Otra de las royals destacadas en el panorama actual y que estuvo presente en la boda de Federico y Mary fue la esposa del rey Guillermo Alejandro de Holanda, quien para la ocasión optó por portar sobre su cabeza la Tiara Mellerio Ruby, la cual está elaborada a base de diamantes y rubíes bajo la estética de undiseño floral, con grandes rubíes en el centro de cada flor.
Las lágrimas de Federico y Mary de Dinamarca el día de su boda
Tanto en la ceremonia, como en la recepción, los novios no pudieron evitar romper en llanto. Él de la emoción de ver por primera vez su prometida vestida de novia, caminando hacia al altar del brazo de su padre John Dalgleish Donaldson y ella tras pronunciar el ‘sí, quiero’ y entrelazar sus manos con quien se convertiría en el padre de sus cuatro hijos.
La emotividad del enlace se vio además marcada por la gran ausencia de la madre de Mary, Henrietta Donaldson,quien años atrás había fallecido durante una intervención cardiaca.
A pesar de esos momentos llenos de nostalgia, en general todo el evento contó con una vibra de felicidad, llena de dicha por haberse consumado una de las historias más dignas de ser escritas en un cuento de hadas de la realeza.