El ex primer ministro británico Boris Johnson acaba de hacer estallar una bomba mediática, tras un anuncio hecho en su nuevo libro de memorias, titulado “Unleashed”, el cual estará disponible en librerías el próximo 10 de octubre. El contenido de dicho material se ha ido publicando por entregas en el periódico británico Daily Mail y se ha convertido en objeto de polémica debido a que, rompiendo con el protocolo real, el político confesó que antes de morir la reina Isabel II padecía cáncer.
De acuerdo con Johnson, la fallecida monarca padecía cáncer de huesos, lo cual pudo haber acelerado su deceso en Balmoral, el cual tuvo lugar el 8 de septiembre de 2022. Cabe recordar que la muerte de Isabel II sucedió justo dos días después de la dimisión de Johnson a su puesto.
“Sabía desde hacía un año o más que tenía una forma de cáncer de huesos, y sus médicos estaban preocupados de que en cualquier momento pudiera entrar en un declive brusco”, asegura Boris en su escrito.
El relato de Johnson es la primera indicación pública por parte de un ex alto funcionario del gobierno sobre cuál pudo haber sido la causa de la muerte de la reina. Recordemos que el certificado de defunción que se dio a conocer, figura el fallecimiento por “edad”.
De acuerdo con el medio internacional de noticias CNN, el Palacio de Buckingham no hará réplica a tal información, pues tiene la política de no hacer comentarios sobre los libros publicados sobre la Familia Real.
¿Qué otras revelaciones hizo Boris Johnson sobre los últimos días de la reina Isabel en Balmoral?
El ex primer ministro no se conformó son soltar una grave afirmación sobre la que podría haber sido la causa de muerte de la reina Isabel II, sino que también en su libro se atrevió a narrar cuál fue su impresión de la monarca en su último encuentro.
“Parecía pálida y más encorvada, y tenía hematomas oscuros en las manos y las muñecas, probablemente causados por goteos o inyecciones”, escribió Boris Johnson.
El ex funcionario precisó que ese último encuentro tuvo lugar en Balmoral y que a su llegada, fue recibido por el secretario privado de la reina, Edward Young, quien le sugirió que el estado de salud de la monarca había empeorado significativamente durante el verano.
“Pero su mente –como también había dicho Edward– no había sido afectada en absoluto por su enfermedad, y de vez en cuando, durante nuestra conversación, ella todavía mostraba esa gran sonrisa blanca con su repentina belleza que levantaba el ánimo”, agregó Johnson.
“Irradiaba tal ética de servicio, paciencia y liderazgo que uno realmente sentía que, si fuera necesario, moriría por ella”, continuó. “Puede que eso suene descabellado para algunas personas (y totalmente obvio para muchas más), pero esa lealtad, por primitiva que parezca, sigue estando en el corazón de nuestro sistema.Se necesita a alguien amable y sabio, que esté por encima de la política, para personificar lo bueno de nuestro país. Ella hizo ese trabajo brillantemente”, concluye el ex primer ministro su relato al respecto.
