Un nuevo libro del experto real y periodista Tom Quinn ha puesto a temblar nuevamente la reputación de Meghan Markle, después de afirmar entre sus páginas que la duquesa llegó a tener comportamientos inadecuados con el príncipe William, quien llegó a incomodarse por la afición que la ex actriz tiene por los abrazos.
El más reciente material del autor se titula “Yes Ma’am: The Secret Life of Royal Servants”, y en uno de sus extractos, revelado a través de The Times, se dice que los “abrazos y besos en las mejillas de la duquesa alimentaron los chismes entre el personal de que Meghan estaba coqueteando con William”.
“Obviamente no lo era, pero la tensa atmósfera causada por todo el sentimentalismo (y los chismes resultantes) profundizó la grieta entre los hermanos”, continúa Quinn.
¿Qué otros detalles revela Tom Quinn sobre Meghan Markle en su nuevo libro?
De acuerdo con el Daily Mail, el nuevo libro de Quinn, publicado el 18 de febrero, ofrece “una visión de la Familia Real a través de los miembros del personal que han servido a la misma”.
Por ejemplo, en alguna parte del material se recuerda que Kate y William encontraron “encantadora” a Meghan cuando ella comenzó a salir con el príncipe Harry. Sin embargo, aparentemente surgieron “tensiones” debido al “enfoque cálido, amistoso y acogedor” de la duquesa.
Se dice que la madre del príncipe Archie supuestamente abrazaba a su cuñado “prácticamente cada vez” que se veían.
“Kate, William y Carlos tendían a estremecerse cuando ella se acercaba para abrazarlos. Meghan se sintió comprensiblemente herida, ya que aparentemente todos abrazan a todos en California ", escribió el autor.
¿Es verdad que Meghan Markle le coqueteaba al príncipe William?
Aunque no es posible asegurar que la duquesa de Sussex tuvo comportamientos “coquetos” con su cuñado, la realidad es que Meghan nunca ha negado su afición por los abrazos. Por ejemplo, en la serie documental de Netflix Harry & Meghan, la estrella de Suits, dijo que no sabía que la “formalidad” de la Familia Real se lleva a cabo a puertas cerradas, por lo que estaba consciente de que algunos de sus gestos parecieron “discordantes para algunos británicos”.
“Empecé a entender que la formalidad del exterior se trasladaba al interior, que hay una forma de ser que mira hacia delante y que luego cierras la puerta y piensas: “Bueno, ahora podemos relajarnos”. Pero esa formalidad se traslada a ambos lados y eso me sorprendió”, aseguró Markle ante las cámaras.