Hace unos días los monarcas de Suecia recibieron la visita del presidente de Finlandia y, con motivo de la misma, se llevaron a cabo varios eventos, siendo uno de ellos en donde preocupó uno de los ojos de la reina Silvia debido a que tenía un derrame.
En las imágenes de esta reciente visita de Estado, las cuales apenas se publicaron, se ve a detalle que el ojo izquierdo de la esposa del rey Carlos Gustavo de Suecia tenía un derrame que prácticamente cubría todo el globo ocular.
Sin embargo, pese a la incomodidad que seguramente esto debió haberle provocado, la consorte se vio con una actitud muy sonriente, tranquila y relajada, además de que en ningún momento usó gafas para ocultar su problema. Tampoco ha cancelado su agenda de trabajo, por lo que intuímos que es algo pasajero.
¿Qué le pasó al ojo izquierdo de la reina Silvia?
La preocupación que generó el aspecto de su ojo provocó que la prensa local indagara más sobre lo que pudo haber pasado, razón por la cual la responsable de información de la Corte, Margareta Thorgren, tuvo que explicar al medio Expressen cuál fue la causa de esta mancha roja que impactó a todos.
“La Reina ha estado expuesta a corrientes de aire frías en los ojos”, según dijo. “Estas corrientes pueden notarse especialmente en los meses más gélidos, cuando la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior es grande”, enfatizó.
Además, Thorgren aseguró que más allá de eso, la madre de la princesa Victoria se encuentra “bien” y que sus ojos se “están recuperando. No obstante, esto hizo que los mismos ciudadanos se preocuparan por ella y le enviaran mensajes deseándole una pronta recuperación.
No obstante, hay quienes no se han quedado conformes con la versión que ha dado el Palacio Real sobre la situación y sugieren que podría tratarse de otra cosa. Aunque, de momento, el hecho de que la royal de 80 años siga con sus deberes puede significar que no es algo de gravedad.
¿Qué son los derrames oculares?
El derrame ocular, también llamado hemorragia subconjuntival, se trata de un leve sangrado que aparece en la esclerótica del ojo (parte blanca), debido a la rotura de alguno de los vasos sanguíneos del ojo.
Mientras que un estornudo o tos fuertes pueden ocasionar la ruptura de estos vasos sanguíneos, según Clínica Mayo, y si bien este tipo de derrames pueden parecer graves, en realidad suelen ser inofensivos y desaparecen, aproximadamente, en dos semanas.