En la realeza... ¡Las plebeyas son las que demandan!

En la realeza... ¡Las plebeyas son las que demandan!

No tenían ?sangre azul?, pero los príncipes se enamoraron de ellas. Y desde que se casaron, Máxima de Holanda, Letizia de España y Kate de Cambridge han mostrado su poder

Nos encantan la realeza y los chismes que la rodean. Ultimamente hemos observado que después de que hay tantas nuevas princesas y reinas de origen plebeyo, poco a poco estas mujeres independientes y acostumbradas a vidas menos protocolarias, van dejando su huella en las cortes donde viven.

Entre muchas plebeyas, incluyendo a Mette-Marit de Noruega (que hace lo que quiere, pero no manda mucho), Mary de Dinamarca (tan dominante que no se ha dado a querer en su país adoptivo), Matilde de Bélgica (demasiado suave de carácter), María Teresa de Luxemburgo (una cubana amada en el gran ducado), Charlene de Mónaco... se destacan tres que de verdad mandan: la reina Máxima de Holanda, la reina Letizia de España y Kate, duquesa de Cambridge.

Comencemos por la muy querida reina Máxima de Holanda. Es obvio que el rey Guillermo Alejandro, enamoradísimo como el primer día de la extrovertida y alegre argentina, hace todo lo que Máxima quiere. Por ejemplo, según amigos que lo conocen bien, el rey se la pasa encantado de la vida cuando va de vacaciones a Argentina, donde ya tiene casa, y le gusta compartir con su familia política en un país que ?no existía en su radar? antes de conocer a su esposa.

Guillermo Alejandro dice sus palabritas en español y le parece regio que sus tres princesitas sepan el idioma de su madre. También le gusta que Máxima mantenga muchas costumbres de su país, entre ellas la comida, y los cocineros de los Orange-Nassau ya han aprendido a hacer empanadas.

La reina Máxima, que ha logrado ser amada por su pueblo y ha aprendido el dificilísimo idioma de su país de adopción, ha sabido utilizar de forma positiva el hecho de ser latinoamericana, siendo espontánea y muy cariñosa con la gente. Su esposo está orgulloso de su naturalidad y se ha contagiado con ella, ya que se muestra más expresivo y amable que cualquier monarca holandés anterior.

En España nadie tiene duda de que la reina Letizia, famosa por su carácter dominante y por ser perfeccionista, no solo manda 100% en todo lo que se relaciona con la estricta crianza y educación de sus hijas Leonor y Sofía, sino que se ha rumorado que la experiodista supervisa los discursos del rey Felipe VI, chequea su body language cuando habla en público y lo corrige sin rubor (¡como hizo cuando lo mandó a callar el día que fue presentada a la prensa en su compromiso!). Como un soldadito, Letizia guía a su familia y el rey luce más relajado en sus apariciones públicas, donde a veces puede dar un discurso corto sin leerlo de un papel.

Es bien sabido que fue Letizia quien inmediatamente se opuso a que su marido y ella mantuvieran la más mínima relación de familia con la infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarín, tan pronto comenzó el escándalo de fraude en que se han visto involucrados. Letizia quería evitar a toda costa que los problemas de la que fuera la hermana favorita de Felipe de Borbón ?dañaran? el destino de su marido y de sus hijas en la Corona. Cuando meses más tarde se convirtió en reina (al dejar el trono su suegro, el rey emérito Juan Carlos, con quien no mantenía una relación muy cordial), Letizia confirmó que sus órdenes habían sido las correctas.

En Inglaterra, de una forma muy sutil y con una sonrisa espontánea no hay duda de que Kate Middleton es quien manda en su matrimonio con el príncipe William. Su amor y el establecer una familia modelo, de pareja heredera bendecida con dos lindos hijos, han hecho que de cierta forma ambos quieran dar un buen ejemplo. Todos saben que el cariño que tiene el pueblo inglés por ellos es muy importante para la permanencia de la monarquía, y por eso los duques de Cambridge son los chicos mimados de la familia real. El amor mutuo y el deseo de William de tener una familia han sido la guía de esta pareja. El príncipe está tan feliz, que Kate ha logrado de él todo lo que ha querido.

Al comienzo de su romance, Kate quiso tener un compromiso serio de parte del príncipe ¡y lo logró! Más tarde consiguió que William se sintiera 100% a gusto con su familia y pasara con ella más tiempo que con la suya propia, y la relación entre todos es más estrecha hoy día. Después del matrimonio, Kate ha ido desarrollando su personalidad, su forma de vestir y hasta ha elegido las obras de caridad en las que ha deseado participar, y cuando la han criticado, William se ha enfrentado a todos. Ha sido Kate quien ha decidido que Carole, su madre, participe como una abuela tradicional y sin protocolo alguno en la crianza del pequeño George y ahora de la pequeña Carlota. No hay duda de que Kate, a su manera, ha logrado tener en su marido su ?caballero andante?, al estilo de los libros de cuentos.

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