En un capítulo que marca un nuevo hito en la historia de la realeza belga, los hijos de la princesa Delfina de Bélgica, han adoptado oficialmente el apellido de la familia real, Sajonia-Coburgo. Este paso simboliza su integración formal en una de las casas reales más antiguas de Europa, y también refuerza el reconocimiento alcanzado por su madre tras años de litigios y disputas familiares.
Recordemos que desde que Delfina Boël fue reconocida como hija legítima del rey Alberto II en 2020, su historia ha captado la atención del público. Convertida en princesa por derecho propio, su título y el de sus hijos representan no solo un triunfo personal, sino también un cambio en la percepción de la monarquía belga, históricamente reticente a aceptar casos similares.
¿Quiénes son los hijos de la princesa Delfina?
La princesa Delfina tiene dos hijos llamados Josephine y Oscar, de 20 y 16 años respectivamente, fruto de su matrimonio con James O’Hare. Mientras que estos jóvenes ahora han adoptado con orgullo el apellido real junto al de su padre, por ello es que ahora ambos son O’Hare Sajonia-Coburgo. Lo cual refleja su conexión con esta dinastía, cuya influencia se extiende por Europa desde hace siglos.
La familia, ahora oficialmente integrada, ha sido vista en varios eventos de la realeza belga, incluyendo bodas y celebraciones nacionales, donde su presencia ha generado curiosidad y apoyo entre el público. Incluso, hace unos meses Delfina subió a sus redes sociales una fotografía en la que ella y sus hijos aparecen junto al rey Alberto y la esposa de este, la reina Paola.
Asimismo, esta foto, que fue tomada durante el cumpleaños del propio monarca en junio, fue publicada hasta julio por el Día Nacional de Bélgica con el siguiente texto: “Es inusual para mí compartir fotos familiares, sin embargo, en este especial Día Nacional de Bélgica quería celebrar una evolución positiva. FELIZ 21 de julio”, señaló en el post.
Por otro lado, con este gesto no solo cierra un capítulo de conflictos legales, sino que, además, con ellos los hijos de la princesa se posicionan como parte de una generación que podría redefinir el papel de la realeza de aquel país en el siglo XXI. Para Delfina, este logro es un testimonio de su perseverancia y de su compromiso por asegurar el lugar que merecen tanto ella como sus hijos en la historia y el presente de la monarquía belga.