Ya se trate del nacimiento de su primera nieta, como fue el caso de Rania de Jordania, o la bienvenida de su octavo nieto, como le ocurrió a María Teresa, la Gran Duquesa de Luxemburgo, las royas que reciben la noticia sienten una profunda felicidad, incomprensible para quienes no han sido abuelas.
Este es el club más emocionante del mundo y quienes pertenecen a él sencillamente se consideran bendecidas de una manera muy especial. El poder querer y mimar sin la responsabilidad inmediata de formar las libera de los límites que tienen con los hijos, a quienes tienen el deber de disciplinar.
Las abuelas de la realeza
En el caso de las reinas, duquesas o princesas, ser abuelas significa haber encontrado un espacio emocional que les permite expresarse con una libertad insospechada.
El protocolo es mucho más relajado cuando de los nietos se trata. Eso es lo que le sucedía a Isabel II de Inglaterra cuando se encontraba con el pequeñín destinado a ser futuro rey: el príncipe George.
Al mirarse, ambos se reconocen como eslabones en el linaje de los Windsor, pero entre ellos existe otro vínculo: él es el primogénito de su nieto William, el hijo mayor del príncipe de Gales. Para la reina es una dicha poder conocer, compartir y observar cómo comienza a desarrollar su propio carácter.
En España, resulta conmovedor ver la ternura con que doña Sofía expresa a todos sus nietos el amor que les profesa: tanto a Leonor y Sofía como a los hijos de las infantas Elena y Cristina.
No obstante el distanciamiento que existe entre los integrantes de la dinastía Borbón (entre sus hijos Felipe, Elena y Cristina), ella se mantiene como el puente entre sus hijos y sus nietos, buscando estar presente en los momentos más importantes de cada uno.
Entre las abuelas más jóvenes y efusivas tenemos a María Teresa de Luxemburgo y a Carolina de Hannover; ambas irradian felicidad cuando tienen a sus nietos cerca.
Está claro lo mucho que la gran duquesa de Luxemburgo María Teresa gozó al recibir a su octavo nieto este año. La lista incluye a Gabriel de Nassau (2006), Noé de Nassau (2007), Amalia de Nassau (2014), Liam de Nassau (2016), Carlos de Luxemburgo (2020), Francisco de Luxemburgo (2023). Baltasar de Nassau (2024) y Victoria (2024)
Una de las abuelas más elegantes de la realeza es Carolina. Tres de sus cuatro hijos le han dado siete nietos: Alexandre “Sacha” (2013), Raphaël Elmaleh (2013), India Julia Casiraghi (2015), Stefano Ercole Carlo Casiraghi, (2017), Maximilian Rainier Casiraghi (2018), Francesco Carlo Albert Casiraghi (2018) y Balthazar Rassam (2018).
Las reinas nórdicas Beatriz de Holanda, Silvia de Suecia y Sonia de Noruega acogen a sus nietos con similar entusiasmo, tanto a los futuros soberanos como a los más distantes del trono, porque para ellas, todos son queridos.