El 23 de enero de 1957 nació Caroline Louise Marguerithe Grimaldi, la primogénita de la actriz Grace Kelly y del príncipe Rainiero III. La princesa de Hannover por matrimonio es considerada una de las mujeres más elegantes de la realeza, pero desafortunada en el amor. Esta es la historia de sus maridos.
Philippe Junot, error de juventud
El primer matrimonio de Carolina de Mónaco duró tan sólo dos años, de 1978 a 1980. Su primer marido fue Philippe Junot, un financiero francés que era 17 años mayor que ella. La relación tenía todo para ser un fracaso y, en efecto, lo fue.
La boda se realizó en junio de 1978, Carolina sólo tenía 21 años cuando se casó con Junot, quien no sólo tenía fama de mujeriego, ¡lo era! Cumpliendo todo pronóstico, el matrimonio fue todo un fracaso.
Lo peor (o lo mejor, según como se vea) es que el propio Junot dio los elementos pertinentes para acelerar la separación. El empresario fue fotografiado de la mano de su “secretaria”, Giannina Facio, en el aeropuerto de Estambul. Inmediatamente, el principado de Mónaco anunció la disolución unilateral del matrimonio.
Stefano Casiraghi, enlace de amor
Un par de años después de la abrupta ruptura con Philipe Junnot y a un año de la trágica muerte de su madre, Grace Kelly, Carolina conoció al empresario italiano Stefano Casiraghi durante un crucero organizado por un amigo en común, Francesco Caltagirone.
Fue un amor de verano que rápidamente evolucionó en algo más sólido y estable. Se conocieron en junio de 1983 y se comprometieron ese mismo año. Primero se realizó la boda civil, pues en ese entonces aún no se había completado el proceso de anulación del matrimonio anterior.
Durante los 7 años siguientes, la pareja fue el ejemplo de un matrimonio feliz y estable Casiraghi solía consentir a su esposa con lujosos regalos. Pronto nacieron sus tres hijos: Andrea, Carlota y Pierre, quienes completaron un núcleo familiar que parecía de cuento.
Pero todo cambió de golpe en otoño de 1990. Durante una competencia en lancha en Montecarlo, el empresario francés volcó por culpa de una ola, la embarcación giró sobre sí misma y chocó contra el agua. Casiraghi no sobrevivió al accidente.
Ernesto de Hannover, matrimonio por compromiso
Una de las personas que la acompañó durante el duelo fue el príncipe Ernesto de Hannover, un amigo de la infancia que en aquel momento estaba casado con Chantal Hochuli.
Del consuelo, poco a poco, se pasó al amor. La relación acaparó los titulares de la época, en ese entonces, Carolina de Mónaco era señalada como la culpable de que Ernesto y Chantal se divorciaran. La prensa fue cruel y, por culpa del estrés, la princesa se quedó, temporalmente, calva.
La princesa se casó con Ernesto, príncipe de Hannover, en 1999 y en julio de ese año (haz las cuentas) recibía a su única hija en común Alexandra. Para 2008, la pareja prefirió poner distancia. Muchos culpan a Ernesto por su adicción al alcohol y su comportamiento violento.
Sin embargo, ninguno de los dos ha solicitado formalmente el divorcio, por lo que siguen oficialmente casados. Algunos creen que Carlota no quiere desprenderse del título de princesa de Hannover, aunque también hay quienes opinan que sigue casada para apoyar a su hijastro Ernesto Jr.
La historia amorosa de Carolina de Mónaco ha sido una novela, toda una montaña rusa de emociones. Ha experimentado el amor, la felicidad, la tragedia y el divorcio.