Tras el estreno de la última tanda de episodios de The Crown, han sido varios los hechos que surgen de nuevo en la memoria del colectivo, como el inicio del mandato de Tony Blair como primer ministro en 1997, sin embargo, la serie muestra también que el mandatario habría creado un plan para refrescar a la monarquía británica. ¿Pero esto fue realmente cierto? Hoy te lo contamos a detalle.
En el sexto episodio de la sexta temporada llamado Ruritania, la reina Isabel nota que la popularidad de la Familia Real ha disminuido considerablemente, mientras que la fama del nuevo primer ministro Tony Blair va en ascenso, al grado de considerarlo como una seria amenaza.
Es por ello que la monarca, en una de sus reuniones con el político, le pide consejo sobre qué hacer para mejorar la reputación y la imagen de la realeza, luego de que éstas se vieran afectadas tras la muerte de Lady Di.
Siguiendo la trama, Blair y su esposa se ponen a trabajar en un plan con una serie de medidas que podrían ayudar a los Windsor a modernizar a la monarquía. Sin embargo, cuando le presenta estas propuestas, a Isabel solo se le eriza la piel mientras las escucha, pues algunas de estas sugieren grandes cambios como la rendición de cuentas o permitir que la realeza se case con católicos. Además de otras reformas menores, como quitar ciertas funciones, entre ellas la del guardian de los cisnes o el barquero.
A partir de este análisis, se hizo una exhaustiva auditoría real en cada uno de estos cargos, pero tras revisar detenidamente uno a uno, la reina se dio cuenta que detrás de todo ello están la tradición y las costumbres que forman parte de la esencia y misticismo de la Corona, lo cual no pudiera lograrse sin todas esas personas y reglas.
¿Tony Blair realmente diseñó un plan de relaciones públicas para renovar la monarquía británica?
Luego de ver lo que pasó en este capítulo, es preciso analizar si esto pudo darse o no en la vida real. Así que lamentamos desilusionarte, pero siendo realistas, es poco probable que Blair haya diseñado un plan así para renovar la imagen de la monarquía ante los ciudadanos británicos.
No obstante, el mismo Tony Blair reconoció, en una entrevista al programa Today, que la reina Isabel se había dado cuenta por sí misma que tenía que dar un mensaje después del fallecimiento de Diana y cambiar el tacto hacia el pueblo británico. “Realmente no necesitaba que yo se lo dijera. Lo sintió y respondió. Y cuando respondió, lo hizo perfectamente. Entendió perfectamente el tono”.
En este sentido, también el primer ministro dijo que en una de las reuniones que tenía con ella, Su Majestad le había dicho que “había que aprender la lección”, haciendo referencia a la manera en que se gestionó, mediaticamente hablando, la muerte de Lady Di.