Esta semana la princesa Sibilla de Luxemburgo celebró su cumpleaños número 56. Una fecha que resulta ser el pretexto ideal para hacer un recuento de su vida, la cual podría resultar un tanto desconocida para varios. Aunque esta también guarda un momento trágico que la marcó para siempre.
Recordemos que esta veterana royal es la esposa del príncipe Guillermo de Luxemburgo, quien a su vez es hijo del gran duque Juan y la gran duquesa Josefina-Carlota, lo cual la convierte en miembro del Gran Ducado de Luxemburgo.
Sin embargo, Sibilla también tiene su propio pedigrí ya que ella cuenta con ascendencia real. Nació un 12 de junio de 1968 y es hija de la princesa Olimpia Torlonia y de Paul-Annik Weiller.
En tanto que su abuela materna es la infanta Beatriz de Borbón y Battenberg, quien fuera una de las hijas del rey Alfonso XIII. Esto, por su parte, la convierte en prima segunda del actual monarca Felipe VI de España ya que ambos son descendientes del rey Alfonso. No obstante, este linaje real no le ha salvado de vivir experiencias amargas a lo largo de su vida.
La gran tragedia que vivió la princesa Sibilla
Unos años después de casarse, Sibilla y su esposo Guillermo vivieron un momento realmente duro y trágico. Era una noche del año 2000 cuando la pareja iba en su coche y tuvo un accidente de tráfico en una carretera a las afueras de París.
Mientras que el príncipe fue el que se llevó la peor parte ya que sufrió un “traumatismo craneal” e incluso estuvo en coma por un tiempo. Además, el siniestro también provocó que Sibilla, quien iba del lado del copiloto, se fracturara una pierna.
Además, el accidente retrasó la ceremonia en la que la que el hermano de Guillermo, el príncipe Henri, se convertiría en el nuevo gran duque de Luxemburgo. Sin embargo, este gran momento para este ducado tuvo que esperar para llevarse a cabo.
Afortunadamente, ambos se recuperaron y pudieron seguir adelante, aunque fue un momento que los marcó para siempre.