La semana pasada murió Marisa Satrústegui Aznar, quien fuera una de las personas de mayor confianza que llegó a trabajar para la reina Sofía. Una pérdida muy significativa para la emérita ya que era considerada como una de sus colaboradoras más cercanas.
Fue el pasado martes 10 de septiembre que se reportó su fallecimiento en su casa de Madrid a la edad de 90 años. Mientras que sus restos fueron velados en el Tanatorio de Tres Cantos al día siguiente. Sin embargo, esta mujer fue pieza clave en el tiempo que trabajó la Familia Real Española, sobre todo para la madre de Felipe VI.
¿Quién era Marisa Satrústegui?
Marisa era la hija del coronel de Caballería Ignacio Satrústegui y Sainz de Vicuña y de María Isabel Aznar de la Puente. Era la segunda de los ocho hijos que procreó el matrimonio y, hasta donde se sabe, sus últimos estudiós los realizó en el Reino Unido.
Esto le permitió acceder a trabajar como secretaria de dirección en el Chase Manhattan Bank. Sin embargo, se vio obligada a dejar su puesto luego de que su madre perdiera la vida en un accidente automovilístico, en el cual también murió uno de sus hermanos y un sobrino.
Por lo que tras esta tragedia, renunció a su cargo para poder cuidar al resto de sus hermanos y a su padre, ya que él no podía valerse por si misma porque perdió la visión durante la Guerra Civil. Y así dedicó su tiempo a su cuidado hasta que él falleció en 1976.
Luego, tras la muerte de Ignacio Satrústegui, el rey Juan Carlos llamó a Marisa para incorporarla en la Secretaría de Medios de Comunicación de la Casa del Rey en 1977. Mientras que en 1978, pasó a ser colaboradora de Doña Sofía y de sus hijas, las infantas Elena y Cristina.
Así pues, Sofía y la joven Marisa se volvieron inseparables gracias al trabajo discreto y prudente de la propia Satrústegui, pues para ell siempre fue importante pasar desapercibida y no llamar la atención mediática.
De hecho era tan cercanas que cuando murió la madre de Doña Sofía, la reina Federica de Hannover, fue la propia Marisa Satrústegui quien vistió y preparó al cadáver ya que en ese momento la emérita se encontraba fuera de Madrid.
No obstante, una vez que ella se jubiló llegó a colaborar de forma esporádica para su exjefa. Por lo que la cercanía entre ambas solo se fortaleció con el tiempo y ahora que ella ha dejado este mundo, seguro su muerte ha dejado una huella imborrable para la suegra de Letizia Ortiz.