Tal parece que la historia se volvió a repetir?
Durante el 20 aniversario de la muerte de la princesa Diana, el príncipe Carlos decidió pasar el significativo día con sus padres, la reina Isabel y el príncipe Felipe, en el castillo del Balmoral en Escocia.
De acuerdo con Daily Mail, la realeza parecía estar en un estado de ánimo reflexivo, ya que a dichos royals se les vio abandonar dicho palacio en un convoy de Land Rovers más temprano que de costumbre, acompañados por sus ayudantes. Mientras tanto, cientos de personas se reunieron en el Palacio de Kensington para llorar la muerte de Diana, dejando diversas muestras de cariño en tributo, como arreglos florales, imágenes y mensajes afectuosos en su memoria.
Recordemos que hace 20 años, la reina se enfrentó a diversas críticas en los días siguientes a la muerte de Diana por su decisión de quedarse en el Balmoral -como lo ha hecho recientemente-. Tras una oleada de ira pública, la monarca pidió a su secretario de prensa aparecer en una transmisión televisiva - en una ruptura sin precedentes con el protocolo - para defender a la familia real y explicar la razón por la que se habían mantenido alejados: proteger a sus nietos, los príncipes William y Harry, del escrutinio público.
Esta fue la primera transmisión en vivo que realizó en 50 años.
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Por otro lado, el miércoles, 30 de agosto, el príncipe William y Harry le rindieron tributo a su madre visitando el monumental ?Jardín Blanco? en el Palacio de Kensington. Los hijos de Lady Di y el príncipe de Gales también observaron los tributos florales y las fotos que quedaban en las puertas de su antigua casa, así como también se acercaron a conversar con la gente reunida en este lugar.
La muerte de Diana a la edad de 36 años provocó el mayor derramamiento de tristeza visto en Inglaterra en los últimos tiempos y es considerado como un punto de inflexión clave en cómo la familia real se relaciona con el público.
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