El hijo menor de la princesa Diana y del príncipe Carlos celebra un año más de vida como un flamante esposo y padre de familia, aunque esto no significa que haya dejado de ser el chico terrible de los Windsor.
Rompiendo las reglas
El 15 de septiembre de 1984, Harry llegó al mundo con la actitud que lo distingue hasta hoy día: haciendo exactamente lo que quiere, aunque los demás no lo comprendan. Su primera oportunidad de escapar de las reglas fue nacer, mientras todos lo esperaban mujer y rubia, fue varón y pelirrojo, lo que para Diana de Gales fue motivo de orgullo y felicidad, tanto así que solía llamarle “mi pequeño Spencer” dado que en su familia tenían dicha característica física muy escocesa.
Para Carlos de Inglaterra fue todo lo contrario. Lady Di le contó a Andrew Morton, autor del libro Diana: In Her Own Words, que cuando Harry nació, su primera reacción fue de desilusión y le dijo: “Es niño… y además pelirrojo”, palabras que terminaron en definitiva con el aprecio que la fallecida princesa le tenía a su esposo. Eso fue el inicio que mostró que el joven sería diferente a su hermano mayor, William, y que su historia de vida estaría marcada por su manera de ser rebelde, algo quizá heredado de su madre, quien les permitía comportarse como lo haría cualquier persona.
De ello ha quedado testimonio en los cientos de imágenes en las que se le ve compartiendo con sus hijos en sitios a los que la realeza no acude, por ejemplo, Disneylandia, o un restaurante de comida rápida.
El príncipe que quería ser feliz
Acostumbrado a vivir entre la tranquilidad y seguridad que le daba su madre, de un día a otro el ahora duque de Sussex lo perdió todo.
“Todo se derrumba cuando pierdes a tu madre”.
Apenas tenía 12 años de edad cuando ella murió en un trágico accidente automovilístico, el 31 de agosto de 1997, semanas antes de que él cumpliera 13. Sin embargo, si la princesa Diana tuviera la oportunidad de ver qué ocurrió con Harry tras su partida, se sorprendería de la madurez con la cual ha gestionado todas sus experiencias, incluso sus errores de juventud.
Fallece su madre
Cuando Harry y su hermano se enteraron del fallecimiento de Lady Di, fue él mismo quien, sin salir de su incredulidad, quiso acompañar a su padre a recoger el cuerpo, aunque Carlos no lo consideró prudente; durante las pompas fúnebres caminó estoico detrás de la carroza que llevaba los restos de su madre y contuvo todo el dolor que le significaba, sin dejar de cumplir al pie de la letra con lo que le habían pedido que hiciera, firme y decidido a que su madre se sintiera orgullosa de su fortaleza.
Sin embargo, como también recoge el documental Diana: siete días que sacudieron a los Windsor, transmitido por la BBC, la manera como murió la princesa marcó su ya de por sí presente rebeldía, como él mismo lo explicó:
“Pasé mucho tiempo con la cabeza enterrada en la arena, pensando: ‘No quiero ser el príncipe Harry. No quiero esta responsabilidad. No quiero este papel. Mira lo que le pasó a mi madre. ¿Por qué me tiene que ocurrir lo mismo a mí?’”.
Esa idea poco a poco se desvaneció hasta hacerle ver que su posición en el mundo exige de él responsabilidad, pero que su derecho a defender su privacidad no entra en negociación, y eso quizás ha sido el motivo de muchos de los escándalos en los que se ha visto envuelto y que, sin duda, cada día lo colocan en el ojo del huracán.
Carlos, ¿su verdadero padre?
Su carga genética Spencer resulta evidente, pero no menos que la Windsor, pues basta con ver imágenes de su abuelo Felipe de Edimburgo en su juventud para darse cuenta de que guardan un enorme parecido. Sin embargo, eso no lo libró de verse envuelto en rumores de que su progenitor era James Hewitt, un capitán del ejército con el que Diana reconoció haber tenido una relación extramarital.
Los amantes se conocieron dos años luego del nacimiento de Harry, no obstante, la duda persiguió al joven hasta después de que su madre perdiera la vida. Al príncipe le ha llegado la oportunidad de tener su propio hijo, Archie, deseo que reveló desde que William se convirtió en padre, en 2013. Y fue justo en 2019 cuando por fin concretó su anhelo al lado de Meghan Markle.
El pequeño nació el 6 de mayo, cobijado por la protección de Harry quien, incluso desde antes de concebirlo, ya tenía claro que haría respetar su privacidad y la de su esposa, lo cual ha cumplido sin dejar de lado sus responsabilidades como miembro de la Corona, pero sí marcando constantemente un límite claro entre el deber ser y la violación de su intimidad.
Harry, el activista
Su madre era amorosa, divertida y altruista, cualidades que él heredó. Su posición privilegiada ha sido, para él, una plataforma para ayudar a los más necesitados. Uno de los legados más preciados que recibió Harry de Lady Di fue la vena filántropa, que ha formado parte de su vida desde que William y él eran muy pequeños, pues su madre nunca temió involucrarlos en las causas que apoyaba. Ambos han seguido ese ejemplo y lo comparten con sus parejas.
Además de seguir atento del camino que han tomado las organizaciones que Diana amaba, Harry tiene las propias; en 2006, junto con el príncipe Seeiso de Lesoto, creó la fundación Sentebale (No me olvides) que apoya el desarrollo de jóvenes africanos. Por otra parte, en 2014 creó los populares Invictus Games, en los cuales participan veteranos de guerra lesionados, esto en apoyo a quienes fueron sus compañeros durante su estancia en el Ejército.
Tras haber experimentado en carne propia los sentimientos más tristes debido la temprana muerte de su madre, el royal también apoya la detección y el tratamiento de la depresión. Por eso, hasta el año pasado formó parte de la organización Heads Together, comprometida en poner sobre la mesa la salud mental. Ahora empezó un proyecto de la mano de Oprah Winfrey y de Markle: se trata de un show de televisión que se transmitirá en 2020 y que versa sobre la importancia del bienestar psíquico.
Entre hermanos
A lo largo de su vida, William y Harry habían sido cómplices inseparables, pero al parecer las cosas han cambiado con la llegada de Meghan. Según el diario inglés The Guardian, el reciente escándalo de supuesta infidelidad del mayor de los príncipes también los ha distanciado no solamente en la esfera íntima, sino también en cuestiones de trabajo y en las causas sociales que apoyan. Sin embargo, no han dejado de estar presentes en los instantes positivos, como recientemente ocurrió con el nacimiento y bautizo de Archie, donde se les vio contentos.
Si se trata de hacer un análisis de sus 35 años de vida, Harry de Gales sale con un balance a favor, sobre todo, porque ha logrado aprender a gestionar sus emociones y todo el dolor que le causó la pérdida de su madre, y ha aprendido a canalizar su rebeldía de una manera positiva, hacia la protección de su intimidad, la construcción de una familia propia y la búsqueda de una vida en equilibrio.
Sus grandes escándalos
2001
Tenía 17 años cuando los paparazzi lo vieron saliendo de un pub bebido y tras haber fumado marihuana.
2002
Cuando estudiaba en Eton College, la profesora Sarah Forsyth denunció que el maestro Ian Burke había hecho los trabajos de arte de Harry, quien también había copiado en su examen de ingreso a la universidad.
2004
Este año fue recordado por el escándalo que protagonizó el hijo pequeño de Diana de Gales, cuando al salir de una discoteca trató de alejar de su rostro la cámara de un fotógrafo, pero este último diría que en realidad lo agredió con toda la intención.
2005
Fue fotografiado por el diario The Sun con un disfraz de oficial nazi, por lo cual tuvo que ofrecer disculpas públicas.
2011
Se divertía en una fiesta en Croacia de manera descontrolada al grado que cayó en la alberca. Eso no hizo que detuviera la celebración, pero a la familia real no le hizo tanta gracia ver el video.
2004-2011
Durante su noviazgo con su eterna novia Chelsy Davy solía romper el protocolo real al besarla y darle muestras de afecto en público. Una prueba, quizá, de que Meghan no es la verdadera rebelde de la relación.
Su lado divertido
Sí, ya se casó, pero eso no significa que haya perdido su esencia rebelde e inquieta, y procura siempre entretenerse: • Es amante del polo y lo practica con frecuencia, no solo en torneos. • Tal vez ahora ya no se le ve tanto en fiestas, pero según el diario inglés Daily Mail, sus vecinos dicen que es muy frecuente ver a los duques de Sussex recibiendo amigos y armando grandes festejos. • Algo que ha compartido Meghan con él es su pasión por la práctica de yoga, y de acuerdo con información del diario El País, cada mañana tiene una sesión. • Harry siente un especial cariño por África. Por eso cada vez que puede corre a este continente e incluso se ha dicho que puede cambiar ahí su residencia, al menos por un tiempo.
El amor, en duda
Algunos medios británicos como Daily mail han advertido que si bien todo parece miel sobre hojuelas en las fotografías, en la vida real Meghan y Harry tienen problemas y su matrimonio no durará más de tres años. Es cierto que la estadounidense ha perdido la simpatía de quienes la apoyaban y que voces calificadas la describen cruelmente como “barata, vulgar e irresponsable”, como expresó la biógrafa Lady Collin Campbell en una entrevista para el programa Good Morning Britain; también es verdad que se han puesto en duda sus verdaderos sentimientos hacia el príncipe, pero al parecer Harry se encuentra cada vez más enamorado y deseoso de que su relación, a diferencia de la de sus padres, sea para siempre, y esperamos que lo logre. ¡Feliz cumpleaños, príncipe!
Por: María del Carmen López / Foto: Getty Images