El hecho de que pocas veces las miradas del reino se vuelquen hacia Eduardo de Wessex no tiene precisamente connotaciones negativas, sino más bien que a partir de esto se impone una nueva manera de demostrar respeto.
La vida del actual duque de Edimburgo ha prescindido de escándalos, contrario a la de sus hermanos mayores, el rey Carlos III, la princesa Ana y Andrés de York.
La sobriedad con la Eduardo de Wessex desarrollaría el resto de su vida se vió marcada desde el momento de su nacimiento por su casi imposibilidad de aspirar al trono, ya que si bien en su alumbramiento ocupaba el lugar décimo primero en la línea de sucesión, la cual se ha ido alargando con los nuevos descendientes de la familia de Windsor.
La vida libre de escándalos de Eduardo de Wessex
Entre los aspectos más destacables de la respetable vida que ha levado Eduardo de Wessex se encuentra su alistamiento ante la Marina Real, culminada en 1987 y su afición por el teatro, la cual fue demostrada por medio de sus colaboraciones con la compañía Really Useful Theatre Company de Sir Andrew Lloyd Webber, donde participó en actos como Jesucristo superestrella y Cats.
Otro dato curioso del duque es su talento como productor de televisión, lo cual le ha valido el respeto de la población y de otros miembros de la realeza, al considerar su visión artística como una habilidad que conjunta perfectamente el don de gobernar, a partir de la tradición política contemporánea, con la sensibilidad.
Respecto a su vida amorosa, esta fue mucho menos problemática que la de sus hermanos, quienes se vieron envueltos en situaciones de infidelidad, de divorcios e incluso escándalos sexuales, por parte de Andrés.
El menor de los hijos de Isabel II se casó con la duquesa Sofía, con quién ha permanecido casado toda la vida, una vez más, de manera paralela al resto de sus hermanos quienes tuvieron varias situaciones de separación. Además, su matrimonio se destaca porque prácticamente no existe diferencia de edad entre los miembros de la pareja.
Igualmente, Sofia Rhys-Jones se ha ganado el respeto del reino, ya que se sabe que mantenía una relación amistosa con la reina, lo cual también es digno de ser admirado.
En conclusión, la vida de Eduardo de Wessex se ha desarrollado bajo la sombra de los dichos sobre sus hermanos mayores. Sin embargo, eso lo ha llevado a ser mencionado en diversas encuestas como el hijo más respetado de la reina Isabel II.
