Aunque la Casa Imperial de Japón no es tan popular como sí lo son otras monarquías en el mundo, lo que sí es verdad es que ahora atraviesa por una profunda crisis que pone en riesgo su existencia. ¿Pero cómo se originó esta situación que la pone en jaque? Hoy intentaremos analizarlo a detalle.
Si bien esta monarquía es de las más longevas y con una gran tradición, en los últimos años ha pasado por varias situaciones que la han puesto al límite.
La falta de príncipes y las estrictas leyes amenazan a la realeza japonesa
Si analizamos a detalle, encontraremos que uno de los factores por los que se ha visto adelgazada la realeza japonesa es por las estrictas leyes y tradiciones que la rigen, al grado de que quedan muy pocos príncipes que puedan heredar el trono del Crisantemo. Por lo que estos factores se han combinado para hacer más difícil la situación en la monarquía nipona.
Según la legislación establecida en 1947, a las mujeres reales no se les permite mantener su posición dentro la familia si se casan con plebeyos, como el caso de la princesa Mako que tuvo que abandonar la Casa Imperial para poder casarse con su novio Kei Komuro, a quien conoció en la universidad y que no pertenece a ninguna familia nobiliaria.
Así pues, con esta ley varias princesas han tenido que dejar su tratamiento real para poder contraer matrimonio con hombres que no son de la realeza, como la princesa Mako que tuvo que dejar su título para poder casarse con su novio Kei Komuro.
Por otro lado, la Casa Imperial también se ha visto mermada por la falta de príncipes herederos, ya que las leyes de herencia que todavía rigen aquel país, como la ley sálica, solo permiten que los varones descendientes del emperador pueden acceder a la línea de sucesión al trono.
Sin embargo, el principal problema radica en que en los últimos 50 años, prácticamente, no han nacido hijos hombres. De hecho, actualmente solo existen cuatro miembros varones, de la familia de 17 personas del actual emperador Naruhito , que pueden heredar el trono, entre ellos su hijo el príncipe Hisahito , de apenas 17 años de edad.
Por último, todo ha provocado que en Japón se abra un fuerte debate sobre si sería posible que las mujeres se convirtieran emperatrices. Aunque, de momento, es poco probable que el gobierno nipón acepte tal medida.