El pasado 27 de enero se conmemoró el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, razón por la cual se realizó un emotivo homenaje a las víctimas de este acto tan atroz en Auschwitz. Un evento que reunió a mandatarios y diferentes personalidades, entre ellos los principales miembros de la realeza europea.
Sin embargo, la participación de la Casa Real de los Países Bajos en dicho acto ha generado una gran atención, principalmente por la presencia de la princesa Amalia de Holanda, heredera al trono neerlandés, ya que fue la primera vez que asistió a un evento de gran magnitud. Algo que, curiosamente ha desatado críticas en contra de la princesa Leonor, ya que ella no asistió a dicha ceremonia.
La princesa Leonor es criticada por no acudir al homenaje a las víctimas del holocausto
Amalia estuvo en este acto, realizado en el campo de concentración de Auschwitz, acompañada de sus padres, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda. Un movimiento que fue visto como un símbolo de las nuevas generaciones comprometidas con la memoria histórica.
En contraste, la representación española estuvo liderada únicamente por los reyes Felipe VI y Letizia Ortiz, sin la presencia de la princesa Leonor, quien continúa su formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, el cual se encuentra navegando el Atlántico.
Para la prensa española, este contraste no pasó desapercibido. Según críticos como El Nacional de Cataluña, la ausencia de Leonor en un evento tan significativo es un ejemplo de “humillar” a la heredera al trono español, así como una estrategia fallida de Zarzuela que prioriza su formación en tareas que, aunque importantes, no tienen el mismo impacto simbólico que un acto como este.
El hecho de que Amalia y Leonor pertenezcan a la misma generación —con solo un año de diferencia— ha amplificado las comparaciones. Mientras la heredera holandesa se presenta como un símbolo de conciencia histórica y responsabilidad en un evento tan crucial, Leonor parece, a ojos de algunos, estar relegada a actividades que, aunque formativas, carecen de la misma trascendencia, según el citado medio.
Es por ello que varios consideran que la ausencia de Leonor puede ser interpretada como una decisión poco acertada de la Casa Real española, y que no ha sabido aprovechar la oportunidad para reforzar la figura de la princesa en un contexto europeo.
¿Pero es realmente justa esta comparación? Lo cierto es que la figura de Leonor, aunque en constante preparación, sigue cargando con las expectativas de ser no solo un símbolo para España, sino también una representante destacada en la escena internacional. Una lección que, quizás, Zarzuela deba aprender de sus homólogos holandeses.