Froilán de Marichalar ha dejado atrás las polémicas y escándalos del pasado desde que comenzó su vida en Abu Dabi en el año 2023. Algo a lo cual se ha negado a renunciar al no regresar a vivir a Madrid y sentar raíces en esta ciudad de los Emiratos Árabes.
Asimismo, desde que el joven royal reside en aquella nación ha encontrado bajo la protección de su abuelo, el rey Juan Carlos, quien también vive en este lugar de Medio Oriente desde 2022, Razón por la cual ambos se han vuelto muy cercanos.
Froilán de Marichalar se posiciona sobre sus primos como uno de los de mayor fortuna
Asimismo, es por esta cercanía con el emérito que el hijo de la infanta Elena se perfila para ser considerado sobre sus primos como una de los más ricos de la Familia Real Española.
Además, ello le ha ayudado a conocer a diferentes personalidades influyentes y lo cual sirve para fortalecer su red de contactos y su perfil laboral, y ello podría beneficiarle para abrirse nuevas oportunidades de trabajo en un futuro.
También, otra de las razones por las que se dice que Froilán podría tener una gran fortuna tendría que ver con la herencia que su madre podría cobrar. Ello sin tener que pagar impuestos, aunque esta condición solo se daría si su hijo sigue residiendo en Abu Dabi.
Según lo que cuentan supuestas fuentes cercanas, el exmonarca tiene una fortuna de más de 1.800 millones de euros y que ya la podría repartir entre sus hijos. Sin embargo, el rey Felipe no cobraría su parte, aunque sus hermanas, Cristina y Elena, sí lo harían.
Es por ello que se calcula que tocarían unos 900 millones para cada una de las infantas. No obstante, medios como En Blau de El Nacional sugieren que ninguna de las dos desea que ello pase por el fisco para no pagar impuestos. Y es ahí en donde entraría Froilán, ya que podría actuar de testaferro si tiene su domicilio fiscal en los Emiratos Árabes y cobrar la parte de la herencia que le correspondería a la infanta Elena sin tener que pagar impuestos.
Por otra parte, el testaferro es una “persona que presta su nombre en un contrato, pretensión o negocio que en realidad es de otra persona”, según la RAE. Y si bien esta definición puede resultar un tanto dudosa,en realidad es una figura legal siempre y cuando la transmisión de bienes o del negocio se haga conforme a la ley.
Aunque sí podría ser ilegal cuando el empresario lo utiliza para obtener beneficios fiscales o subvenciones que no podría lograr con su propio nombre.