La llegada de la californiana Meghan Markle al reino británico escandalizó a miles de civiles alrededor del mundo, quienes, apegados a los valores tradicionales,no podían concebir que alguien sin títulos y de ascendencia afroamericana pudiera desposar al príncipe Harry.
Sin embargo, sin dejarse influenciar por la opinión pública, Meghan y Harry lucharon por su amor, al grado de decidir que lo mejor era desapegarse de la anticuada ideología del reino y optar por vivir una rutina alejada de todos los demás miembros de la realeza, en Estados Unidos.
Derivado de la decisión de defender a toda costa su romance y polémico matrimonio, los ahora duques de Sussex se convirtieron en padres por primera vez durante el año 2019, viendo nacer al simpático príncipe Archie, quien heredó uno de los rasgos más peculiares de su madre: sus ojos.
¿Qué representa Archie y su fisionomía para el reino británico?
El príncipe Archie, cuyo nombre completo es Archie Mounbatten-Windsor, vino al mundo un 6 de mayo de 2019 y posee dos nacionalidades: la inglesa y la estadounidense.
A pesar de haber nacido en el Reino Unido y de poseer actualmente el título de Su Alteza, el pequeño se encuentra muy lejos de convertirse en rey algún día, ya que se encuentra en el séptimo puesto de la línea de sucesión al trono.
Por otro lado, Archie representa en la historia de la Corona la primera persona con ascendencia mestiza, nacida bajo los designios que rigen a la Familia Real británica.
¿Por qué es importante el color de ojos de Archie y que tiene que ver con la aceptación de la Realeza?
Archie nació con el mismo color de ojos que su madre, poseyendo un bello iris marrón, hecho que lo convierte en una minoría dentro de la monarquía, ya que ninguno de los últimos registros de nacimiento ha presentado a un miembro de la realeza con este tono ocular.
A pesar de que pudiera parecer una nimiedad, el físico de Archie representa para la Familia Real un paso más en el discurso de aceptación a la diversidad y la globalización, por lo que es un detalle que no pasa desapercibido por las nuevas generaciones, quienes progresivamente van perdiendo simpatía por la realeza.
La primera vez que el mundo vio los ojos de Archie fue en julio de 2019, en un partido de polo, cuando su madre levantó la cabeza del pequeño y el mundo enardeció al saber que por fin había un representante de la Casa de Windsor con un físico diferente.
Por el momento, aunque Archie y su hermana no son del todo bien recibidos por otros royals, como el mismo rey Carlos III, el mundo ya ha creado toda una expectativa alrededor del infante, asumiendo que probablemente su descendencia cambie por completo el estereotipo físico de la realeza británica.
